El esposo mortal que tenía Melusina la amaba, pero no acababa de entenderla. No comprendía su naturaleza y no estaba contento de vivir con una mujer que para él era un misterio. Permitió que un invitado lo persuadiera de espiar sus movimientos. Se ocultó detras de las colgaduras de su cuarto de baño y la vió nadar bajo el agua, vió horrorizado cómo brillaban, ondulantes, sus escamas, descubrió su secreto: que aunque ella lo amara, aunque lo quisiera de verdad, seguía siendo mitad mujer mitad pez. Él no podía soportar lo que ella era y ella no podia evitar ser lo que era. Así que él la dejó porque en el fondo de su alma temía que fuera una mujer de naturaleza dividida...y no se dió cuenta de que todas las mujeres son criaturas que poseen una naturaleza dividida. No podia soportar que guardara un secreto, en que tuviera una vida que permanecia oculta para él. De hecho, no podia tolerar la verdad de que Melusina era una mujer que conocía las profundidades desconocidas, que nadaba en ellas. Pobre Melusina, que se esforzó tanto por ser una buena esposa, que tuvo que dejar a un hombre que la amaba y regresar al agua porque la tierra le resultaba demasiado dura. Al igual que muchas mujeres, no consiguió coincidir exactamente con el punto de vista de su marido. Le dolían los pies, no podia caminar por la senda que su esposo había escogido. Intentó bailar a fin de complacerlo, pero no pudo evitar el dolor. La sensación que sintió su marido cuando la vió con el agua resbalándole por las escamas y la cabeza sumergida en la bañera que habia construido especialmente para ella, pensando que le gustaría lavarse, no transformarse en pez, experimentó ese instante de revulsión que algunos hombre sienten cuando comprenden, quizá por primera vez, que una mujer ciertamente es otra, que no es un niño aunque no sea débil como un niño, que no es una necia aunque él la haya visto temblar de emoción como los necios, que no es una persona malvada por su capacidad de guardar rencor ni tampoco una santa por sus arrebatos de generosidad. Ella no posee ninguna de esas cualidades masculinas. Lo que vio él era un ser mitad pez, pero lo que lo aterrorizó profundamente fue el ser una mujer. Melusina, la mujer que no pudo olvidar que en parte estaba hecha para el agua, dejó a sus hijos con su esposo y se fue con sus hijas. Los chicos crecieron y se hicieron hombres, se convirtieron en los duques de Borgoña, gobernantes de la cristiandad. Las chicas heredaron la visión de su madre y el don de conocer lo desconocido. Ella nunca volvió a ver a su esposo, nunca dejó de extrañarlo, pero él, en la hora de su muerte la oyó cantar una canción. Entonces supo, tal como ella había sabido siempre, que no importa que una esposa sea mitad pez y el esposo sea totalmente mortal. Si hay suficiente amor, no hay nada, ni siquiera la naturaleza, ni siquiera la muerte misma, que pueda interponerse entre dos seres que se aman.
Cáncer: La Reina Melusina
Para algun@s es un hada y para otr@s una sirena. Ofrece placeres, pasión y abundancia a l@s de signo Cáncer; lealtad, tenacidad y ternura. Muchas familias de la realeza europea se afirman descender de ella y uno de sus autenticos bisnietos fue Ricardo Corazón de Leon; su linea genealógica viene de Albania (lugar vecino a Grecia). Melusina nació de un amor apasionado entre Elinas, el rey de ese territorio, y una hada, Presina.
Como invocar o llamar al hada de l@s del signo Cancer:
Reina Melusina, tú que gobiernas las lluvias benevolas, apórtame (haz tu peticion). Otorgame placeres y abundancia, lealtad en el amor, tenacidad y grandes dosis de ternura a lo largo de mi vida. Tu, que padeciste en el amor, ayúdame a conservar a mi pareja, a vivir felices. O si no se tiene pareja: Concédeme un buen amor fiel, para formar una familia perdurable y armónica. Te recordaré para siempre, Melusina, y les contaré tu historia a mis hij@s, amig@s y familiares. Gracias por tus dones y protección; asi sea, asi es, asi será.
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