30 Septiembre 2016, Luna nueva
Texto de Paloma Todd: La Luna nueva es el encuentro mensual entre el Sol y la Luna en una misma constelación, en un mismo signo.
Los antiguos llamaban este encuentro una fecundación. La semilla de la
luz Solar fecunda el vientre receptivo del cuerpo oscuro de la Luna.
Inseminada por el Sol la Luna crece preñada hasta llenarse. En la
plenitud de la Luna llena da a luz y empieza su camino de
vuelta a la oscuridad. La Luna mengua hasta volver a encontrarse con el
Sol en la siguiente constelación.
Las Lunas nuevas son tiempos de renovación. De siembra de semillas, intenciones y deseos en los que honramos la fertilidad de lo oscuro. Fertilidad contenedora de la vida y de la luz. Fecundidad de la Tierra negra que guarda la semilla que germinará y crecerá buscando al Sol. Fecundidad de la oscuridad del vientre de nuestra madre.
Este mes el encuentro de la Luna y el Sol se da en el signo de Libra, lugar en el que cultivamos el equilibrio, la equidad, la armonía, la justicia, la paz. Esta semilla solar crecerá hasta llegar a llena en Aries -su signo opuesto- el 16 de Octubre. Esta es la lunación del eje del Equinoccio. La Luna nueva en Libra nos devuelve a la Luna nueva del 7 de Abril en Aries y a la Luna llena en Libra del 22 de Abril. La línea del Equinoccio es un umbral en el que comenzamos a caminar la segunda mitad de la rueda del Zodiaco, espejo de la primera. Es un tiempo de síntesis y de consolidación.
Refinamos nuestros objetivos basándonos en lo recorrido en los pasado seis meses y equilibramos pérdidas y ganancias, acción y receptividad, excesos y carencias. Fortalecemos el centro desde el cual gravitan nuestras memorias y deseos. Centro que sostiene en equilibrio la fluctuación de la balanza. Es un tiempo de decidir y elegir. En lo que este proceso se concretiza vamos y venimos de un lado al otro de una situación, relación, proyecto, compromiso.
Para quienes están sincronizados con el calendario lunar, las siembras hechas en Abril dan sus primeros frutos ahora. Si no estamos sincronizados conscientemente con el calendario lunar, también podemos mirar hacia atrás y ver dónde y cómo estábamos en Abril y qué relevancia tiene ese tiempo hoy. Este es un momento propicios para preguntar : ¿qué hemos aprendido? ¿qué hemos transformado? ¿qué ha crecido? ¿qué hemos despedido? ¿qué ha muerto? ¿qué ha resucitado? ¿qué hemos creado? ¿qué hemos perdido? ¿qué hemos ganado? ¿qué regalos tenemos entre manos? ¿qué frutos -sutiles, íntimos, materiales o colectivos – se manifiestan en estos momentos? ¿qué elegimos? ¿cómo elegimos?
Desde el 9 de Septiembre Libra acoge a Júpiter, planeta de la expansión y del crecimiento. Júpiter agranda todo lo que toca. En esta lunación la Luna y el Sol están en conjunción con Júpiter, por lo cual los efectos de esta Luna nueva tienen el potencial de sentirse y expresarse con mayor potencia. También nos alerta a que las semillas, deseos e intenciones que presentamos ante el universo bajo esta lunación tienen el potencial de hacerse más grandes de lo esperado. Nos alerta al cuidado con lo que deseamos.
Esta Luna nueva en conjunción con Júpiter hace de acogida y bienvenida a este planeta de la abundancia y el crecimiento en el signo de Libra. Esta Luna nueva nos da la impronta, la semilla, de la narrativa de Júpiter para su ciclo de 12 meses en Libra. De ahí que el foco de atención y cuido que pongamos en nuestras intenciones y deseos, en las maneras y formas en que nos queremos sentir, crear y relacionar, es vital. Sobre todo entre el 1 y el 4 de Octubre, momento en que la Luna empieza a crecer; durante su plenitud hasta la Luna llena y en general durante todo el mes de Octubre.
Esta Luna nueva en conjunción con Júpiter es una Luna de abundancia fértil, de apertura y crecimiento. Todo lo que está vinculado a Júpiter, a Libra y a Venus (regente de Libra) está exaltado bajo esta lunación. Estamos hablando de energías auspiciosas y benéficas que combinadas entre sí nos ofrendan tesoros espirituales, recursos creativos y aperturas afectivas. Esta Luna nos habla de relaciones Fecundadas por el Amor a la Vida, a Dios-Diosa, al Universo y la Tierra. La Verdad Suprema del Amor se presenta en esta lunación en la intimidad de nuestro vínculo interno primero. Un vínculo interno que nos pide equilibrio, armonización y paz. Lo que no ocurre en nuestro interior no puede expresarse fuera de nosotros. Nuestras relaciones externas son eco y voz de lo que cultivamos en nuestro interior. Un cultivo interno que nos pide cuido y atención a los encuentros y desencuentros entre nuestra parte masculina y femenina. Una mirada hacia nuestras relaciones con los hombres y mujeres de nuestra vida nos harán de espejo de esta danza interna.
Es en la intimidad de nuestro vínculo interno que cultivamos la sacralidad de nuestro Centro Libre: ese fértil remanso para el (re)encuentro de nuestros Amantes internos. Esta Luna nos habla del despertar de nuestra Amada y nuestro Amado, nos convoca a un matrimonio espiritual fruto del reencuentro de nuestro Dios y nuestra Diosa.
A nivel interno el poder de esta lunación tiene dimensiones exquisitas. Nos habla del éxtasis de la conexión en los cuatro planos que confluyen en nuestro centro. Conexión interna desde la horizontalidad de nuestra dualidad femenina y masculina- nuestros Amados unidos- y desde la verticalidad de nuestro Cielo Padre y nuestra Tierra Madre.
En esta Luna nueva habitamos esta intersección creativa de nuestro Eros Espiritual, la danza eterna de nuestro Ser Femenino y nuestro Ser Masculino. Danza cuya raíces profundas sostienen nuestro vuelo en espíritu libre. Esta alquimia de nuestra horizontalidad y verticalidad tiene sabor a frutos, a gozo, a coherencia. Frutos de los trabajos hechos. Gozo de haber dicho presente ante la tarea de soltar, sanar y liberar. Coherencia de reconocernos Uno de adentro hacia fuera, sin fisuras ni disociaciones.
Éxtasis con los pies en la Tierra y la cabeza en el Cielo. Un vuelo real. Una realización espiritual en la Tierra. Una materialización. Una realización de lo que somos y venimos a expresar, dar, recibir. Un encuentro profundo, fruto de nuestra búsqueda, nos devuelve a casa, a nuestro templo. Momento en que nos damos cuenta que la relación sagrada con todo y todos pasa por nuestro centro, por nuestro corazón, casa que acoge la verdad que emerge. Lugar en nosotros donde se entrelazan los tiempos de nuestra existencia personal y colectiva. Ahí dónde nuestras creencias se armonizan con nuestras prácticas ; nuestra pasión abraza activa nuestra receptividad silenciosa, nuestro retiro. Nuestra Luz y nuestra Sombra. Entramos y salimos, danzantes de un centro que respira, fluye y se adapta, y nos balanceamos en equilibrio armónico.
En esta lunación Júpiter nos ofrece su generosidad unificadora y creativa. Generosidad que nos inspira a ofrendarnos y compartimos desde nuestra Danza de Unión Sagrada con el Mundo. Esta Luna nueva en Libra nos invita a la boda del espíritu y la materia; a la boda de la ciencia y la espiritualidad; el arte y la ciencia; el arte y la espiritualidad; y nos invita a encontrar los puntos de intersección para armonizar y unificar lo que ha sido separado y disociado. Nos invita a honrar las leyes del Universo, a encontrar los eslabones perdidos y restaurar los Códigos Armónicos entre la Naturaleza, el Cosmos y el Ser Humano.
Esta Luna nos habla de un proceso de Paz. Una paz que rompe el hechizo binario de la polaridad que decreta que para yo tener razón , tú no puedes tener razón. Un pensamiento mecánico y tecnócrata que elimina la vía tercera, la del consenso, la del diálogo, la de compartir las diferencias como parte de un proceso creativo, inclusivo, unificador.
Júpiter es el guardián de la Verdad Sagrada, de los Templos de la Sabiduría. Este Gran Maestro nos habla de revelaciones antiguas olvidadas, de códigos, dimensiones y mundos que tejen puentes desde las Estrellas hasta los Subsuelos de la Tierra. Nos habla de Galaxias y Células y del Gozo Supremo ante y con la creación. Júpiter es la carcajada del Dalai Lama, es las Cimas Sagradas, los Apus de toda la Tierra. Es la abuela sabia de la selva, del desierto, de la savana, de la isla. Es el filósofo, el guru. Es Ganesha. Es lo que nos sobrepasa, lo que nos desborda, nos saca de nuestras fronteras, nos invita a explorar los mundos en la tierra y fuera de la tierra. Esta Luna nos invita a ser navegantes del misterio y a seguir las vías que nos llevan a crecer caminando territorios desconocidos.
Júpiter en Libra nos recuerda que somos el Cosmos y las Estrellas, que somos la Sabiduría, que somos el Mundo. Nos invita a explorarnos, a conquistar “nuevas tierras” : nuevas maneras de vincularnos con nosotros, con la vida y con todas nuestras relaciones. Todos somos un mundo, una selva, una montaña, un mar, un misterio inexplorado. Vincularnos los unos con los otros es reconocernos tierra extraña mutuamente. Es reconocernos extranjeros en la vida de los unos y de los otros y caminar como viajeros en nuestras relaciones, con cuido, respeto y voluntad de aprender y crecer. Este cuidado por el templo (centro) ajeno es un extensión de nuestra devoción y cultivo de una relación sagrada con nosotros mismos. No podemos reclamar el respeto afuera si no nos respetamos. No podemos reclamar una escucha que no nos damos.
La vida es relación. Y cuando hablamos de relaciones hablamos de templos de aprendizajes, centros -tiempo, espacios y energía- compartidos en los que crecemos juntos. En los que aprendemos, compartimos, recordamos y nos enseñamos juntos. Es una realización hermosa y creativa y, sin embargo, para muchos algunas relaciones son campos de batallas, tierra inhóspita, territorios en que nuestros miedos emergen y toman voces rabiosas, enfados antiguos, reclamos de atención desproporcionados, zonas de humillación y vergüenza, de abandonos y rechazos. Terrenos de desconocimiento mutuo, de confusión, pérdidas y vacíos. Terrenos de preguntas sin respuestas. Tierras de dolor y traumas que nos hablan de separación, abuso, sumisión, dominio, conquista, poder, lucha, violencia.
Júpiter agranda todo lo que toca por lo cual también puede agrandar la sombra de Libra. Un exceso de complacencia, de necesitar estar bien con otros, de gustar, de que nos quieran y nos aprueben, nos lleva al desequilibrio. Hacemos de más, damos de más, nuestro tiempo, nuestra energía, nuestra atención, nuestros recursos . Cuando este juego no nos devuelve lo que queremos, o esperamos, no sabemos cómo acoger lo que sentimos. Buscamos, nos aferramos, queremos que las cosas sean como eran “antes” y nos hacemos dependientes de otros para encontrar nuestro equilibrio. Cuanto más afuera estemos, cuanto más orientados estamos hacia la aprobación, contacto, mirada y reconocimiento de otros, más la balanza va a fluctuar hasta que encontremos nuestro centro y nuestro equilibrio interno. Esta es la Luna para colaborar con este proceso y recalibrar la manera en que nos hemos posicionado en nuestras relaciones para ser aceptados, amados, para pertenecer y sentirnos seguros.
El tránsito de Júpiter en Libra estará influenciado por la presencia de Saturno en Sagitario, signo gobernado por Júpiter. El llamado es a abrazar todo proceso de expansión y crecimiento con una buena dosis de realismo y pragmatismo. Tal vez estamos entrando en un ciclo de maduración en alguna relación en la que los velos de un juego romántico o infantil se han rasgado para dar paso a una verdad dolorosa y liberadora. Tal vez ya estamos dispuestos a comprometernos a un cambio interno por amor a otra persona, a un ideal, a nuestro deseo. Tal vez nos damos cuenta que ya no nos queremos sacrificar por otros. Tal vez nos damos cuenta que nos hemos relacionado desde la carencia y que ahora estamos listos para acoger relaciones que nos honren y respeten en abundancia y gozo.
Venus regente de Libra – y de esta lunación- se encuentra en Escorpio. Pluto regente de Escorpio acaba de recuperar su marcha directa en Capricornio signo en el que Marte acaba de hacer su entrada. Marte y Pluto desde Capricornio forman ángulos con la Luna y el Sol. Esta configuración nos habla de que no todo es color de rosa en el jardín de la Diosa. Hay un llamado a profundizar en los aspectos ocultos y no nombrados de nuestras relaciones, sean de pareja, amigos, colegas y familia. Venus en Escorpio nos recuerda que toda relación es una expresión de un intercambio de energía. Esta Luna también nos invita a que nos interroguemos sobre el uso que hacemos de nuestros poderes en nuestra danza con los demás.
Nos habla de desequilibrios de poder. Nos habla de mirar más allá de las apariencias, de “lo bueno” y “lo bonito”, para honrar la sombra compartida. Sombra que nos habla de agendas ocultas, de abuso de poder energético, y del mal uso de nuestra energía sexual. Nos habla de roles de víctimas, verdugos y salvadores. También nos invita a revisar nuestra relación con el dinero y cómo se mueve esta energía en nuestras relaciones. Sentimientos de reclamo, de deudas, de desequilibrio entre dar y recibir, de chantaje y manipulación, pueden revelarse a lo largo de estas dos semanas, sobre todo si tomamos en cuanta que la Luna llena en Aries del 16 de Octubre hará una conjunción exacta con Eris.
Algo de esta lunación nos alerta : las apariencias engañan, hay verdades invisibles debajo de la superficie. Los aparentes ogros que rechazamos hoy tal vez son nuestros verdaderos aliados mientras que los dulces y complacientes espejos que nos adulan pueden esconder colmillos afilados y depredadores. Es un aviso ya que bajo este cielo el espejo de la polaridad es engañoso y ambiguo. En estas dos semanas aparentes guerras se pueden transformar en territorios de unión creativa, mientras que las aparentes armonías pueden tener fisuras ocultas que en la Luna llena revelarán ser mayores discordias. De ahí que el camino más generoso y profundo que esta Luna nos ofrece es hacia el interior.
Esta Luna nueva en Libra cierra el ciclo de eclipses del mes de Septiembre. Este momento nos habla de un equilibrio entre la síntesis y la expansión, como si un lado de la balanza acogiera lo que se cierra y el otro lo que se abre, a la vez. Los potenciales creativos se nutren de nuestra capacidad de despedirnos de lo que ya ha cumplido su ciclo y de abrazar el territorio desconocido de lo que está por materializarse con confianza. En el centro la danza del duelo y el amor nos invita a sentir con una mayor intensidad la belleza de estar vivos, de experimentar la grandeza de la totalidad y las limitaciones de nuestra humanidad. Un espíritu conciliador y pacificador nos invita a no olvidar lo integrado, a honrar lo recordado, a no volver a perdernos en los laberintos de las falsas proyecciones. Hay un camino compartido hacia el centro. Un centro libre.
♥ CUIDA LO QUE LEES ♥ Este texto está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Copyright ©Paloma Todd para http://www.lunadeabril.com
Las Lunas nuevas son tiempos de renovación. De siembra de semillas, intenciones y deseos en los que honramos la fertilidad de lo oscuro. Fertilidad contenedora de la vida y de la luz. Fecundidad de la Tierra negra que guarda la semilla que germinará y crecerá buscando al Sol. Fecundidad de la oscuridad del vientre de nuestra madre.
Este mes el encuentro de la Luna y el Sol se da en el signo de Libra, lugar en el que cultivamos el equilibrio, la equidad, la armonía, la justicia, la paz. Esta semilla solar crecerá hasta llegar a llena en Aries -su signo opuesto- el 16 de Octubre. Esta es la lunación del eje del Equinoccio. La Luna nueva en Libra nos devuelve a la Luna nueva del 7 de Abril en Aries y a la Luna llena en Libra del 22 de Abril. La línea del Equinoccio es un umbral en el que comenzamos a caminar la segunda mitad de la rueda del Zodiaco, espejo de la primera. Es un tiempo de síntesis y de consolidación.
Refinamos nuestros objetivos basándonos en lo recorrido en los pasado seis meses y equilibramos pérdidas y ganancias, acción y receptividad, excesos y carencias. Fortalecemos el centro desde el cual gravitan nuestras memorias y deseos. Centro que sostiene en equilibrio la fluctuación de la balanza. Es un tiempo de decidir y elegir. En lo que este proceso se concretiza vamos y venimos de un lado al otro de una situación, relación, proyecto, compromiso.
Para quienes están sincronizados con el calendario lunar, las siembras hechas en Abril dan sus primeros frutos ahora. Si no estamos sincronizados conscientemente con el calendario lunar, también podemos mirar hacia atrás y ver dónde y cómo estábamos en Abril y qué relevancia tiene ese tiempo hoy. Este es un momento propicios para preguntar : ¿qué hemos aprendido? ¿qué hemos transformado? ¿qué ha crecido? ¿qué hemos despedido? ¿qué ha muerto? ¿qué ha resucitado? ¿qué hemos creado? ¿qué hemos perdido? ¿qué hemos ganado? ¿qué regalos tenemos entre manos? ¿qué frutos -sutiles, íntimos, materiales o colectivos – se manifiestan en estos momentos? ¿qué elegimos? ¿cómo elegimos?
Desde el 9 de Septiembre Libra acoge a Júpiter, planeta de la expansión y del crecimiento. Júpiter agranda todo lo que toca. En esta lunación la Luna y el Sol están en conjunción con Júpiter, por lo cual los efectos de esta Luna nueva tienen el potencial de sentirse y expresarse con mayor potencia. También nos alerta a que las semillas, deseos e intenciones que presentamos ante el universo bajo esta lunación tienen el potencial de hacerse más grandes de lo esperado. Nos alerta al cuidado con lo que deseamos.
Esta Luna nueva en conjunción con Júpiter hace de acogida y bienvenida a este planeta de la abundancia y el crecimiento en el signo de Libra. Esta Luna nueva nos da la impronta, la semilla, de la narrativa de Júpiter para su ciclo de 12 meses en Libra. De ahí que el foco de atención y cuido que pongamos en nuestras intenciones y deseos, en las maneras y formas en que nos queremos sentir, crear y relacionar, es vital. Sobre todo entre el 1 y el 4 de Octubre, momento en que la Luna empieza a crecer; durante su plenitud hasta la Luna llena y en general durante todo el mes de Octubre.
Esta Luna nueva en conjunción con Júpiter es una Luna de abundancia fértil, de apertura y crecimiento. Todo lo que está vinculado a Júpiter, a Libra y a Venus (regente de Libra) está exaltado bajo esta lunación. Estamos hablando de energías auspiciosas y benéficas que combinadas entre sí nos ofrendan tesoros espirituales, recursos creativos y aperturas afectivas. Esta Luna nos habla de relaciones Fecundadas por el Amor a la Vida, a Dios-Diosa, al Universo y la Tierra. La Verdad Suprema del Amor se presenta en esta lunación en la intimidad de nuestro vínculo interno primero. Un vínculo interno que nos pide equilibrio, armonización y paz. Lo que no ocurre en nuestro interior no puede expresarse fuera de nosotros. Nuestras relaciones externas son eco y voz de lo que cultivamos en nuestro interior. Un cultivo interno que nos pide cuido y atención a los encuentros y desencuentros entre nuestra parte masculina y femenina. Una mirada hacia nuestras relaciones con los hombres y mujeres de nuestra vida nos harán de espejo de esta danza interna.
Es en la intimidad de nuestro vínculo interno que cultivamos la sacralidad de nuestro Centro Libre: ese fértil remanso para el (re)encuentro de nuestros Amantes internos. Esta Luna nos habla del despertar de nuestra Amada y nuestro Amado, nos convoca a un matrimonio espiritual fruto del reencuentro de nuestro Dios y nuestra Diosa.
A nivel interno el poder de esta lunación tiene dimensiones exquisitas. Nos habla del éxtasis de la conexión en los cuatro planos que confluyen en nuestro centro. Conexión interna desde la horizontalidad de nuestra dualidad femenina y masculina- nuestros Amados unidos- y desde la verticalidad de nuestro Cielo Padre y nuestra Tierra Madre.
En esta Luna nueva habitamos esta intersección creativa de nuestro Eros Espiritual, la danza eterna de nuestro Ser Femenino y nuestro Ser Masculino. Danza cuya raíces profundas sostienen nuestro vuelo en espíritu libre. Esta alquimia de nuestra horizontalidad y verticalidad tiene sabor a frutos, a gozo, a coherencia. Frutos de los trabajos hechos. Gozo de haber dicho presente ante la tarea de soltar, sanar y liberar. Coherencia de reconocernos Uno de adentro hacia fuera, sin fisuras ni disociaciones.
Éxtasis con los pies en la Tierra y la cabeza en el Cielo. Un vuelo real. Una realización espiritual en la Tierra. Una materialización. Una realización de lo que somos y venimos a expresar, dar, recibir. Un encuentro profundo, fruto de nuestra búsqueda, nos devuelve a casa, a nuestro templo. Momento en que nos damos cuenta que la relación sagrada con todo y todos pasa por nuestro centro, por nuestro corazón, casa que acoge la verdad que emerge. Lugar en nosotros donde se entrelazan los tiempos de nuestra existencia personal y colectiva. Ahí dónde nuestras creencias se armonizan con nuestras prácticas ; nuestra pasión abraza activa nuestra receptividad silenciosa, nuestro retiro. Nuestra Luz y nuestra Sombra. Entramos y salimos, danzantes de un centro que respira, fluye y se adapta, y nos balanceamos en equilibrio armónico.
En esta lunación Júpiter nos ofrece su generosidad unificadora y creativa. Generosidad que nos inspira a ofrendarnos y compartimos desde nuestra Danza de Unión Sagrada con el Mundo. Esta Luna nueva en Libra nos invita a la boda del espíritu y la materia; a la boda de la ciencia y la espiritualidad; el arte y la ciencia; el arte y la espiritualidad; y nos invita a encontrar los puntos de intersección para armonizar y unificar lo que ha sido separado y disociado. Nos invita a honrar las leyes del Universo, a encontrar los eslabones perdidos y restaurar los Códigos Armónicos entre la Naturaleza, el Cosmos y el Ser Humano.
Esta Luna nos habla de un proceso de Paz. Una paz que rompe el hechizo binario de la polaridad que decreta que para yo tener razón , tú no puedes tener razón. Un pensamiento mecánico y tecnócrata que elimina la vía tercera, la del consenso, la del diálogo, la de compartir las diferencias como parte de un proceso creativo, inclusivo, unificador.
Júpiter es el guardián de la Verdad Sagrada, de los Templos de la Sabiduría. Este Gran Maestro nos habla de revelaciones antiguas olvidadas, de códigos, dimensiones y mundos que tejen puentes desde las Estrellas hasta los Subsuelos de la Tierra. Nos habla de Galaxias y Células y del Gozo Supremo ante y con la creación. Júpiter es la carcajada del Dalai Lama, es las Cimas Sagradas, los Apus de toda la Tierra. Es la abuela sabia de la selva, del desierto, de la savana, de la isla. Es el filósofo, el guru. Es Ganesha. Es lo que nos sobrepasa, lo que nos desborda, nos saca de nuestras fronteras, nos invita a explorar los mundos en la tierra y fuera de la tierra. Esta Luna nos invita a ser navegantes del misterio y a seguir las vías que nos llevan a crecer caminando territorios desconocidos.
Júpiter en Libra nos recuerda que somos el Cosmos y las Estrellas, que somos la Sabiduría, que somos el Mundo. Nos invita a explorarnos, a conquistar “nuevas tierras” : nuevas maneras de vincularnos con nosotros, con la vida y con todas nuestras relaciones. Todos somos un mundo, una selva, una montaña, un mar, un misterio inexplorado. Vincularnos los unos con los otros es reconocernos tierra extraña mutuamente. Es reconocernos extranjeros en la vida de los unos y de los otros y caminar como viajeros en nuestras relaciones, con cuido, respeto y voluntad de aprender y crecer. Este cuidado por el templo (centro) ajeno es un extensión de nuestra devoción y cultivo de una relación sagrada con nosotros mismos. No podemos reclamar el respeto afuera si no nos respetamos. No podemos reclamar una escucha que no nos damos.
La vida es relación. Y cuando hablamos de relaciones hablamos de templos de aprendizajes, centros -tiempo, espacios y energía- compartidos en los que crecemos juntos. En los que aprendemos, compartimos, recordamos y nos enseñamos juntos. Es una realización hermosa y creativa y, sin embargo, para muchos algunas relaciones son campos de batallas, tierra inhóspita, territorios en que nuestros miedos emergen y toman voces rabiosas, enfados antiguos, reclamos de atención desproporcionados, zonas de humillación y vergüenza, de abandonos y rechazos. Terrenos de desconocimiento mutuo, de confusión, pérdidas y vacíos. Terrenos de preguntas sin respuestas. Tierras de dolor y traumas que nos hablan de separación, abuso, sumisión, dominio, conquista, poder, lucha, violencia.
Júpiter agranda todo lo que toca por lo cual también puede agrandar la sombra de Libra. Un exceso de complacencia, de necesitar estar bien con otros, de gustar, de que nos quieran y nos aprueben, nos lleva al desequilibrio. Hacemos de más, damos de más, nuestro tiempo, nuestra energía, nuestra atención, nuestros recursos . Cuando este juego no nos devuelve lo que queremos, o esperamos, no sabemos cómo acoger lo que sentimos. Buscamos, nos aferramos, queremos que las cosas sean como eran “antes” y nos hacemos dependientes de otros para encontrar nuestro equilibrio. Cuanto más afuera estemos, cuanto más orientados estamos hacia la aprobación, contacto, mirada y reconocimiento de otros, más la balanza va a fluctuar hasta que encontremos nuestro centro y nuestro equilibrio interno. Esta es la Luna para colaborar con este proceso y recalibrar la manera en que nos hemos posicionado en nuestras relaciones para ser aceptados, amados, para pertenecer y sentirnos seguros.
El tránsito de Júpiter en Libra estará influenciado por la presencia de Saturno en Sagitario, signo gobernado por Júpiter. El llamado es a abrazar todo proceso de expansión y crecimiento con una buena dosis de realismo y pragmatismo. Tal vez estamos entrando en un ciclo de maduración en alguna relación en la que los velos de un juego romántico o infantil se han rasgado para dar paso a una verdad dolorosa y liberadora. Tal vez ya estamos dispuestos a comprometernos a un cambio interno por amor a otra persona, a un ideal, a nuestro deseo. Tal vez nos damos cuenta que ya no nos queremos sacrificar por otros. Tal vez nos damos cuenta que nos hemos relacionado desde la carencia y que ahora estamos listos para acoger relaciones que nos honren y respeten en abundancia y gozo.
Venus regente de Libra – y de esta lunación- se encuentra en Escorpio. Pluto regente de Escorpio acaba de recuperar su marcha directa en Capricornio signo en el que Marte acaba de hacer su entrada. Marte y Pluto desde Capricornio forman ángulos con la Luna y el Sol. Esta configuración nos habla de que no todo es color de rosa en el jardín de la Diosa. Hay un llamado a profundizar en los aspectos ocultos y no nombrados de nuestras relaciones, sean de pareja, amigos, colegas y familia. Venus en Escorpio nos recuerda que toda relación es una expresión de un intercambio de energía. Esta Luna también nos invita a que nos interroguemos sobre el uso que hacemos de nuestros poderes en nuestra danza con los demás.
Nos habla de desequilibrios de poder. Nos habla de mirar más allá de las apariencias, de “lo bueno” y “lo bonito”, para honrar la sombra compartida. Sombra que nos habla de agendas ocultas, de abuso de poder energético, y del mal uso de nuestra energía sexual. Nos habla de roles de víctimas, verdugos y salvadores. También nos invita a revisar nuestra relación con el dinero y cómo se mueve esta energía en nuestras relaciones. Sentimientos de reclamo, de deudas, de desequilibrio entre dar y recibir, de chantaje y manipulación, pueden revelarse a lo largo de estas dos semanas, sobre todo si tomamos en cuanta que la Luna llena en Aries del 16 de Octubre hará una conjunción exacta con Eris.
Algo de esta lunación nos alerta : las apariencias engañan, hay verdades invisibles debajo de la superficie. Los aparentes ogros que rechazamos hoy tal vez son nuestros verdaderos aliados mientras que los dulces y complacientes espejos que nos adulan pueden esconder colmillos afilados y depredadores. Es un aviso ya que bajo este cielo el espejo de la polaridad es engañoso y ambiguo. En estas dos semanas aparentes guerras se pueden transformar en territorios de unión creativa, mientras que las aparentes armonías pueden tener fisuras ocultas que en la Luna llena revelarán ser mayores discordias. De ahí que el camino más generoso y profundo que esta Luna nos ofrece es hacia el interior.
Esta Luna nueva en Libra cierra el ciclo de eclipses del mes de Septiembre. Este momento nos habla de un equilibrio entre la síntesis y la expansión, como si un lado de la balanza acogiera lo que se cierra y el otro lo que se abre, a la vez. Los potenciales creativos se nutren de nuestra capacidad de despedirnos de lo que ya ha cumplido su ciclo y de abrazar el territorio desconocido de lo que está por materializarse con confianza. En el centro la danza del duelo y el amor nos invita a sentir con una mayor intensidad la belleza de estar vivos, de experimentar la grandeza de la totalidad y las limitaciones de nuestra humanidad. Un espíritu conciliador y pacificador nos invita a no olvidar lo integrado, a honrar lo recordado, a no volver a perdernos en los laberintos de las falsas proyecciones. Hay un camino compartido hacia el centro. Un centro libre.
♥ CUIDA LO QUE LEES ♥ Este texto está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Copyright ©Paloma Todd para http://www.lunadeabril.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario