María. Una evidencia de luz.
MARIA
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18 Diciembre 2015
Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra. Niñ@s de la Alegría y del Amor, dondequiera que estéis en este día, digne recibir mis respetos de Madre, de Hermana y de Luz idéntica a la vuestra.
Hace falta no proyectar ni imaginar nada, mantenernos cada vez más disponibles a nuestra Eternidad.
Sabéis, que hubo experiencias de la conciencia que fueron llevadas durante años, llamadas de la Luz, y luego hubo una asignación vibral, unos mandatos de la Luz. Hoy, se trata de una evidencia de la Luz. Es esta evidencia que debéis ver y no la veréis actuando en una acción cualquiera, sino más bien poniéndoos allí donde estáis y acogiendo, vaciándoos de todo lo que no sois, no por un acto de voluntad, sino instalándoos en el Aquí y el Ahora, en el Eterno presente, porque las Gracias sólo pueden ser distribuidas, en otra parte y de otro modo que en el instante Presente.
La Alegría, el Amor, la Libertad, se encuentran aquí ahora y se encontrará cada vez más, exclusivamente a este nivel. Sean las que sean las ayudas que se os han aportado, los reencuentros con la Luz que habéis vivido, ya sea a través de los Elementos, con los pueblos de la naturaleza, con hermanos y hermanas en la carne, todo eso, os va a parecer, yo diría, incluso superfluo, porque hay una evidencia que brota del Interior de vosotr@s. Esta evidencia no tiene nada que ver con lo que es cíclico o lo que es efímero.
Esta posición que adoptáis ahora, os permitirá ver en cada uno de vosotros, todo lo que todavía puede resistir u oponerse a la Verdad de la Eternidad. Es de alguna manera, la última oportunidad para daros cuenta, posicionaros y consentir o no, la Verdad del Amor y de la luz que se establece en este mundo. La Tierra asciende, lo sabéis. Existen innumerables señales dondequiera que miréis, desde la locura de los hombres, hasta el amor de los hombres, pasando por los Elementos o aún, por un sinnúmero de señales cósmicas que están a vuestra puerta hoy, y alguno de ellos se manifiestan ya en los grupos humanos.
Mis querid@s hij@s, no vengo nada más que a revelaros esto. Cada día de vuestra vida que se desarrolla en este mundo, cada día que transcurre y se despliega en esta interacción entre lo efímero y lo Eterno, debe encontraros muy firmes en la Verdad de la Luz, del Amor y en la Humildad de esta Verdad. Recordad que no se requieren esfuerzos. No hay tiempo para buscar –y todavía menos que antes- las explicaciones, las cosas, fuera de vosotros porque todo, y de manera irreversible, está ahora inscrito y revelado en vosotros.
Todas las claves vibrales, los circuitos vibrales también, se han completado ahora a nivel colectivo. Mirad en vuestro interior, mirad lo que realmente sois, independientemente de toda circunstancia, de la edad, de las relaciones, de las preguntas o incluso de toda evidencia. Id más allá de lo que ya ha aparecido e id con firmeza, al Corazón, a ese desconocido que todavía puede asustar a alguna de vosotr@s.
El poder de la Luz es tal, que el Choque de la humanidad, en el momento en que se presente de manera colectiva, hará impactos moderados, no sobre el aspecto geofísico de la Tierra, sino sobre lo que llamaría, la conciencia colectiva de todas las conciencias presentes en la Tierra. Dicho de otra forma, podría decir, que los momentos más duros no son después; son ahora. A través de lo que aceptéis ver o no ver en vosotros, de entregaros a la Luz o no, se desencadenará lo demás; y lo que queda, será anunciado por los sonidos del Cielo y de la Tierra.
Si os habéis encontrado vosotr@s mism@s, real y enteramente, nada del exterior podrá venir a agitar o perturbar vuestra Luz. Ningún caso de vuestro propio cuerpo, ningún acontecimiento de este mundo podrá tocar lo que sois. Vais a daros cuenta de eso, de forma fulgurante y cada vez más rápida, si no está ya hecho.
Así, vengo además a deciros mi Amor, mi constante Presencia. Vengo a deciros, una vez más: dejaos bañar en la alegría del Amor, en la alegría de la Libertad. No temáis nada, ya sea por este cuerpo, ya sea por mañana, ya sea por la mecánica celeste que se desencadena. Pero no vengo a convenceros, sino simplemente a deciros que todo está en vosotr@s, más que nunca, y que tenéis en vosotr@s vuestra Presencia Eterna, con todos los códigos de Luz activados, listos para surgir en tanto que Espíritu del Sol, Cristo Solar e Hijo del Sol.
Sólo os espera a vosotr@s, independientemente incluso del momento colectivo que está inscrito en un futuro muy cercano. Pero a través de eso, no busquéis fechas, si no es la urgencia de encontraros y descubriros, enteramente, en la verdad de vuestra Luz. Vuestra Presencia es ahora casi física en aquellos de vosotros que tenéis esta función en el proceso y desarrollo de la propia Ascensión.
La conminación de la Luz, se hace en vosotr@s, cada vez más refinada, cada vez más potente, pero también, cada vez más precisa, lo que os lleva a aclarar lo que todavía no pudo ser aclarado, llevándoos a deponer todas las armas de combate, de lucha, de oposición, y entrar de lleno, aquí mismo y ahora, en vuestra Eternidad, no por momentos, no por estados, sino definitivamente; porque es ahí donde se encuentra la solución a todo lo que puede presentarse a vuestra conciencia, a vuestra vida y a este mundo. Y en esto, la Gracia actuará siempre de forma mucho más explosiva, podríamos decir, dando destellos cada vez más evidentes. Aunque lo que resiste, os aparezca también mucho más evidente, no os inquietéis por eso.
La Luz es un bálsamo, es curativa, es esclarecedora, ella ama. Es lo que sois; todo lo demás tiene una duración. Es esta Eternidad, la que se os ofrece ahora, en los últimos tiempos de la Gracia que precede a mi Llamada y a los signos celestiales. Afinad cada día, como si el minuto siguiente, ya no estuvierais aquí. ¿Qué es lo que se va? Vuestra persona, pero no la Vida, pero no el Amor. El Amor y la Vida, están justamente aquí porque la persona ya no está. Es eso lo que percibiréis y viviréis, aunque haya todavía algunos obstáculos o algunas preguntas.
Id más allá de vosotr@s mism@s, abríos entera y totalmente, a vosotr@s mism@s. Porque la Luz ahora, no solamente os quiere enteros, sino que os quiere manifestando la Luz en la superficie de este mundo, independientemente de toda consideración de persona, de historia, de linaje, de origen o de futuro. La Eternidad se desvela ahora, entonces, ¿qué puede hacer lo demás?, ¿qué puede hacer el dolor, la carencia, la pena, e incluso la satisfacción, los deseos, de algún tipo?
Por tanto, vengo a deciros que, más que nunca, en los días sucesivos a partir de ahora, cualquiera que sea el desorden de este mundo o el desorden de vuestra persona, está en vosotr@s, la totalidad de la Luz, la totalidad de la conciencia vibral, la totalidad del Absoluto que están en el umbral de vuestra propia conciencia. Sed espontáne@s, verdader@s y, sobre todo, sed más lúcid@s a cada instante, a cada soplo, no en las circunstancias de vuestra vida, sino en la Eternidad. La Eternidad debe, de alguna manera, tomar su lugar en vuestra Conciencia y es exactamente lo que está sucediendo. ¿Lo veis?, ¿lo vivís?
En cuanto a aquell@s de vosotr@s que todavía pueden estar en el miedo o en cualquier proyección de cualquier futuro, incluso en relación al “Evento”, vengo a deciros: olvidad eso porque el “Evento”, también está en vosotr@s, está a la puerta de vuestro Corazón. Así que no sirve de nada mirar la pantalla del mundo, si no miráis la pantalla de vuestro Corazón, para hacer desaparecer toda pantalla. Recordad que eso será cada vez más fácil para la Eternidad y cada vez más difícil para lo efímero, lo que os permitirá ver que la Vida es Una y Amor y que incluso lo efímero y lo Eterno, finalmente y, en definitiva, se unirán a vuestra Eternidad, situándoos en el mismo baño vibral y en el mismo baño ascensional, pero despojad@s de toda preocupación, de todo miedo o de toda necesidad de anticipar nada.
Recordad que la fuente de vuestro Corazón, es vuestro propio Corazón. Hasta este momento, la relación era de suma importancia. El Arcángel Anael, como Arcángel de la Relación y del Amor, os lo ha expresado de diversas formas, acompañándoos durante estos años. Pero hoy, más allá de la relación está lo que llamaría “la relación última de vuestro Corazón a vuestro Corazón”, efectuándose el último basculamiento y reversión de la Tierra, así como de vuestra conciencia. Todo eso está inscrito y actualizado en vosotr@s. Así que mirad en vosotr@s lo que está superado, lo que sufre y dejad lo que está sufriendo. Buscad el apoyo de vuestra Luz, buscad la relación con vuestra propia Luz, porque ella está aquí. No hay mucho tiempo para buscarla, sólo hay que darse cuenta de esta evidencia y esta verdad. Y viviendo esto, os daréis cuenta que no puede existir otra verdad, otra alternativa.
Vengo a invitaros a ser Amor permanentemente, frente a cualquier situación, a cualquier persona o a cualquier tipo de relación. Ahora es el momento de dejar brotar el fuego total, este Fuego de Amor devorador, de los que sois, y que venga a trasmutar todo lo que debe ser y que no ha podido ser trasmutado, a nivel individual, pero también colectivo.
Os recuerdo que el ser humano no resuelve más que en los momentos en hay duda y sufrimiento, porque es en esas circunstancias en las que la humanidad encuentra su camino como hermano y hermana, confraternizando el amor, prestando ayuda, aportando su Amor y su presencia, sin pedir, sin controlar y sin esperar nada.
Sed pacientes y sed suaves con vosotr@s mism@s en vuestra Eternidad. Notaréis que – tan pronto como viváis aquello de manera importante – poco a poco o de manera fulgurante se instalarán en vosotros una fe total, una confianza y una conciencia absolutas en la verdad de lo que vivís o vais a vivir. Tened presente también – como se os ha comunicado – que no hay explicaciones que dar ni en el entorno vuestro ni en vosotros porque la Luz es la explicación. Entonces basta simplemente con dejarla emerger y dejarla vivirse entre todas las relaciones. Cristo allí está, en toda relación como en toda confrontación, en el interior de vosotr@s o en este mundo. Entonces, por supuesto, no somos responsables por las interpretaciones de un@s y otr@s en relación con los sucesos que suceden en el plano histórico de esta Tierra, pero tened presente que – más allá de la historia y más allá de las profecías – están la Promesa y el Juramento, está el reconocimiento de lo que sois en eternidad.
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18 Diciembre 2015
Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra. Niñ@s de la Alegría y del Amor, dondequiera que estéis en este día, digne recibir mis respetos de Madre, de Hermana y de Luz idéntica a la vuestra.
Hace falta no proyectar ni imaginar nada, mantenernos cada vez más disponibles a nuestra Eternidad.
Sabéis, que hubo experiencias de la conciencia que fueron llevadas durante años, llamadas de la Luz, y luego hubo una asignación vibral, unos mandatos de la Luz. Hoy, se trata de una evidencia de la Luz. Es esta evidencia que debéis ver y no la veréis actuando en una acción cualquiera, sino más bien poniéndoos allí donde estáis y acogiendo, vaciándoos de todo lo que no sois, no por un acto de voluntad, sino instalándoos en el Aquí y el Ahora, en el Eterno presente, porque las Gracias sólo pueden ser distribuidas, en otra parte y de otro modo que en el instante Presente.
La Alegría, el Amor, la Libertad, se encuentran aquí ahora y se encontrará cada vez más, exclusivamente a este nivel. Sean las que sean las ayudas que se os han aportado, los reencuentros con la Luz que habéis vivido, ya sea a través de los Elementos, con los pueblos de la naturaleza, con hermanos y hermanas en la carne, todo eso, os va a parecer, yo diría, incluso superfluo, porque hay una evidencia que brota del Interior de vosotr@s. Esta evidencia no tiene nada que ver con lo que es cíclico o lo que es efímero.
Esta posición que adoptáis ahora, os permitirá ver en cada uno de vosotros, todo lo que todavía puede resistir u oponerse a la Verdad de la Eternidad. Es de alguna manera, la última oportunidad para daros cuenta, posicionaros y consentir o no, la Verdad del Amor y de la luz que se establece en este mundo. La Tierra asciende, lo sabéis. Existen innumerables señales dondequiera que miréis, desde la locura de los hombres, hasta el amor de los hombres, pasando por los Elementos o aún, por un sinnúmero de señales cósmicas que están a vuestra puerta hoy, y alguno de ellos se manifiestan ya en los grupos humanos.
Mis querid@s hij@s, no vengo nada más que a revelaros esto. Cada día de vuestra vida que se desarrolla en este mundo, cada día que transcurre y se despliega en esta interacción entre lo efímero y lo Eterno, debe encontraros muy firmes en la Verdad de la Luz, del Amor y en la Humildad de esta Verdad. Recordad que no se requieren esfuerzos. No hay tiempo para buscar –y todavía menos que antes- las explicaciones, las cosas, fuera de vosotros porque todo, y de manera irreversible, está ahora inscrito y revelado en vosotros.
Todas las claves vibrales, los circuitos vibrales también, se han completado ahora a nivel colectivo. Mirad en vuestro interior, mirad lo que realmente sois, independientemente de toda circunstancia, de la edad, de las relaciones, de las preguntas o incluso de toda evidencia. Id más allá de lo que ya ha aparecido e id con firmeza, al Corazón, a ese desconocido que todavía puede asustar a alguna de vosotr@s.
El poder de la Luz es tal, que el Choque de la humanidad, en el momento en que se presente de manera colectiva, hará impactos moderados, no sobre el aspecto geofísico de la Tierra, sino sobre lo que llamaría, la conciencia colectiva de todas las conciencias presentes en la Tierra. Dicho de otra forma, podría decir, que los momentos más duros no son después; son ahora. A través de lo que aceptéis ver o no ver en vosotros, de entregaros a la Luz o no, se desencadenará lo demás; y lo que queda, será anunciado por los sonidos del Cielo y de la Tierra.
Si os habéis encontrado vosotr@s mism@s, real y enteramente, nada del exterior podrá venir a agitar o perturbar vuestra Luz. Ningún caso de vuestro propio cuerpo, ningún acontecimiento de este mundo podrá tocar lo que sois. Vais a daros cuenta de eso, de forma fulgurante y cada vez más rápida, si no está ya hecho.
Así, vengo además a deciros mi Amor, mi constante Presencia. Vengo a deciros, una vez más: dejaos bañar en la alegría del Amor, en la alegría de la Libertad. No temáis nada, ya sea por este cuerpo, ya sea por mañana, ya sea por la mecánica celeste que se desencadena. Pero no vengo a convenceros, sino simplemente a deciros que todo está en vosotr@s, más que nunca, y que tenéis en vosotr@s vuestra Presencia Eterna, con todos los códigos de Luz activados, listos para surgir en tanto que Espíritu del Sol, Cristo Solar e Hijo del Sol.
Sólo os espera a vosotr@s, independientemente incluso del momento colectivo que está inscrito en un futuro muy cercano. Pero a través de eso, no busquéis fechas, si no es la urgencia de encontraros y descubriros, enteramente, en la verdad de vuestra Luz. Vuestra Presencia es ahora casi física en aquellos de vosotros que tenéis esta función en el proceso y desarrollo de la propia Ascensión.
La conminación de la Luz, se hace en vosotr@s, cada vez más refinada, cada vez más potente, pero también, cada vez más precisa, lo que os lleva a aclarar lo que todavía no pudo ser aclarado, llevándoos a deponer todas las armas de combate, de lucha, de oposición, y entrar de lleno, aquí mismo y ahora, en vuestra Eternidad, no por momentos, no por estados, sino definitivamente; porque es ahí donde se encuentra la solución a todo lo que puede presentarse a vuestra conciencia, a vuestra vida y a este mundo. Y en esto, la Gracia actuará siempre de forma mucho más explosiva, podríamos decir, dando destellos cada vez más evidentes. Aunque lo que resiste, os aparezca también mucho más evidente, no os inquietéis por eso.
La Luz es un bálsamo, es curativa, es esclarecedora, ella ama. Es lo que sois; todo lo demás tiene una duración. Es esta Eternidad, la que se os ofrece ahora, en los últimos tiempos de la Gracia que precede a mi Llamada y a los signos celestiales. Afinad cada día, como si el minuto siguiente, ya no estuvierais aquí. ¿Qué es lo que se va? Vuestra persona, pero no la Vida, pero no el Amor. El Amor y la Vida, están justamente aquí porque la persona ya no está. Es eso lo que percibiréis y viviréis, aunque haya todavía algunos obstáculos o algunas preguntas.
Id más allá de vosotr@s mism@s, abríos entera y totalmente, a vosotr@s mism@s. Porque la Luz ahora, no solamente os quiere enteros, sino que os quiere manifestando la Luz en la superficie de este mundo, independientemente de toda consideración de persona, de historia, de linaje, de origen o de futuro. La Eternidad se desvela ahora, entonces, ¿qué puede hacer lo demás?, ¿qué puede hacer el dolor, la carencia, la pena, e incluso la satisfacción, los deseos, de algún tipo?
Por tanto, vengo a deciros que, más que nunca, en los días sucesivos a partir de ahora, cualquiera que sea el desorden de este mundo o el desorden de vuestra persona, está en vosotr@s, la totalidad de la Luz, la totalidad de la conciencia vibral, la totalidad del Absoluto que están en el umbral de vuestra propia conciencia. Sed espontáne@s, verdader@s y, sobre todo, sed más lúcid@s a cada instante, a cada soplo, no en las circunstancias de vuestra vida, sino en la Eternidad. La Eternidad debe, de alguna manera, tomar su lugar en vuestra Conciencia y es exactamente lo que está sucediendo. ¿Lo veis?, ¿lo vivís?
En cuanto a aquell@s de vosotr@s que todavía pueden estar en el miedo o en cualquier proyección de cualquier futuro, incluso en relación al “Evento”, vengo a deciros: olvidad eso porque el “Evento”, también está en vosotr@s, está a la puerta de vuestro Corazón. Así que no sirve de nada mirar la pantalla del mundo, si no miráis la pantalla de vuestro Corazón, para hacer desaparecer toda pantalla. Recordad que eso será cada vez más fácil para la Eternidad y cada vez más difícil para lo efímero, lo que os permitirá ver que la Vida es Una y Amor y que incluso lo efímero y lo Eterno, finalmente y, en definitiva, se unirán a vuestra Eternidad, situándoos en el mismo baño vibral y en el mismo baño ascensional, pero despojad@s de toda preocupación, de todo miedo o de toda necesidad de anticipar nada.
Recordad que la fuente de vuestro Corazón, es vuestro propio Corazón. Hasta este momento, la relación era de suma importancia. El Arcángel Anael, como Arcángel de la Relación y del Amor, os lo ha expresado de diversas formas, acompañándoos durante estos años. Pero hoy, más allá de la relación está lo que llamaría “la relación última de vuestro Corazón a vuestro Corazón”, efectuándose el último basculamiento y reversión de la Tierra, así como de vuestra conciencia. Todo eso está inscrito y actualizado en vosotr@s. Así que mirad en vosotr@s lo que está superado, lo que sufre y dejad lo que está sufriendo. Buscad el apoyo de vuestra Luz, buscad la relación con vuestra propia Luz, porque ella está aquí. No hay mucho tiempo para buscarla, sólo hay que darse cuenta de esta evidencia y esta verdad. Y viviendo esto, os daréis cuenta que no puede existir otra verdad, otra alternativa.
Vengo a invitaros a ser Amor permanentemente, frente a cualquier situación, a cualquier persona o a cualquier tipo de relación. Ahora es el momento de dejar brotar el fuego total, este Fuego de Amor devorador, de los que sois, y que venga a trasmutar todo lo que debe ser y que no ha podido ser trasmutado, a nivel individual, pero también colectivo.
Os recuerdo que el ser humano no resuelve más que en los momentos en hay duda y sufrimiento, porque es en esas circunstancias en las que la humanidad encuentra su camino como hermano y hermana, confraternizando el amor, prestando ayuda, aportando su Amor y su presencia, sin pedir, sin controlar y sin esperar nada.
Sed pacientes y sed suaves con vosotr@s mism@s en vuestra Eternidad. Notaréis que – tan pronto como viváis aquello de manera importante – poco a poco o de manera fulgurante se instalarán en vosotros una fe total, una confianza y una conciencia absolutas en la verdad de lo que vivís o vais a vivir. Tened presente también – como se os ha comunicado – que no hay explicaciones que dar ni en el entorno vuestro ni en vosotros porque la Luz es la explicación. Entonces basta simplemente con dejarla emerger y dejarla vivirse entre todas las relaciones. Cristo allí está, en toda relación como en toda confrontación, en el interior de vosotr@s o en este mundo. Entonces, por supuesto, no somos responsables por las interpretaciones de un@s y otr@s en relación con los sucesos que suceden en el plano histórico de esta Tierra, pero tened presente que – más allá de la historia y más allá de las profecías – están la Promesa y el Juramento, está el reconocimiento de lo que sois en eternidad.
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