ERika Irustra, Santurce 1983, es pedagoga especializada en menstruación y su blog
El camino rubí es la principal referencia en castellano sobre el ciclo menstrual.
Maria Llopis, Valencia 1975, es
artista multidisciplinar
y su trabajo versa sobre sexualidad como fuerza de creación y como arma
política desde posiciones feministas que cuestionan las identidad
sexuales y de género.
A continuación podréis disfrutar de la
conversación que Erika mantuvo con Maria Llopis:
María y yo nos conocimos en el 2012. Ella es una artista queer muy
reconocida pero yo no sabía nada de esto. Ella estaba interesada en uno
de los talleres sobre autoconocimiento del ciclo menstrual que hacía en
Sevilla y contactó conmigo. Ambas comenzamos a hablar de nuestro deseo
de ser madres y lo imposible que se nos estaba haciendo a las dos. En
menos de 15 minutos supe que teníamos algo único y especial. Me propuso
crear juntas un taller sobre maternidad, pero al comenzar a planearlo me
llegó un email desde Londres que decía: nena, creo que estoy
embarazada. ¡Y vaya si lo estaba! Desde entonces hemos hablado mucho.
Ahora que, por fin es madre, quería saber más de ella y de los proyectos
que tiene entre manos.
EI: María, cuando te conocí no sabía de tu trabajo.
Recuerdo que nuestro primer contacto vino en relación al deseo de ser
madre. Ambas, como feministas, hemos vivido el dilema de ser o no ser
madre. Lo hemos deconstruído de un modo teórico y las dos hemos pasado
por abortos espontáneos. ¿Cómo has vivido la maternidad después de todo
este cuestionamiento?
ML: Pues ahora me doy cuenta de cuántas ganas tenía
de ser madre, y de cómo lo aplacé, cómo lo pospuse. De algún modo me
creí toda la mitología que se nos ha vendido:
Si eres madre se te acaba la vida, ya no puedes hacer nada. Hay un prejuicio anti-maternidad en una rama del feminismo.
Y mas allá de cuestiones teóricas supongo que también influye mi propia historia familiar. Mi madre lo fue soltera y muy joven.
Luego, cuando fui madre pensaba, por fin:
vaya, me han estafado, esto es la puta hostia, ¡si lo llego a saber lo tengo en el instituto! Yo pude haberlo intentado antes, pero me pilló una crisis vital muy fuerte.
En definitiva ahora veo que no está tan mal tenerlo tarde, tiene sus
ventajas. Con la edad te trabajas tus sombras y dudas. Y, además, ya has
vivido todo tipo de experiencias y te importa poco a lo que renuncias.
Había un cierto hartazgo de todas esas cosas que se supone que son tan
estupendas y a las que te tienes que agarrar todo el tiempo que puedas.
Así que disfruto completamente del puerperio. Mi puerperio es éxtasis
puro. Tengo mis problemas, como cualquiera, pero mi percepción es
éxtasis.
A mí personalmente la maternidad me ha empoderado. Me siento más
fuerte, capaz, valiente. Tendré menos horas al día, pero las que tengo
me cunden más que las 24 que tenía antes. Ser madre joven debe ser muy
distinto.
EI: Nuestras madres fueron madres muy pronto. Tú lo
has sido tarde y si yo lo soy será tarde también. Quizás por lo que he
visto en mi propia
ama lo estoy postergando tanto.
ML: Debido a su enfermedad mi madre estaba en su
mundo de fantasía, de modo que me crió mi abuela. En mi generación he
visto que las abuelas han tenido un lugar muy fuerte en nuestra crianza,
quizás por las circunstancias del mundo laboral.
EI: Mis abuelas no me criaron y echo de menos su
presencia. Mi madre me crió junto a mi padre. La familia, de forma
extensa, no estuvo presente en mi crianza. Se echa de menos, de adulta,
haber conocido a más personas, más formas de pensar, otras maneras de
hacer las cosas. Crecer en comunidad: eso que es básico para criar y que
nos resulta tan ajeno.
ML: Sí, la comunidad es necesaria para criar. Es
difícil de encontrar en esta sociedad. Yo tengo ahora una panda de
colegas con críos que tienen ideas afines, y quedamos una par de veces
por semana en la playa o en la montaña. Nos sana mucho, en la soledad de
tu casa te ahogas.
EI: Esto es algo que pude ver con las mujeres-madres
a las que acompañé: la soledad. Al comienzo parece que hay buenas
voluntades de todo el mundo por acompañarte y mimarte (que acaba siendo
para el bebé no para la mujer). Luego se pasa el
hype, te quedas sola con un bebé y puedes acabar difuminándote porque necesitas otros contactos, aire.
ML: Yo he tenido mucha suerte porque tengo a mi pareja conmigo. Aunque no tengo familia, excepto mi hermano, han surgido un montón de
personas afines con las que compartir el tiempo. Una de mis colegas es
madre soltera y lo vive genial gracias a sus amigas y varias
actividades. La realidad de la crianza es que es un currazo y hace falta
ayuda.
Para el libro tengo que entrevistar a personas que optan por crianza
en colectivo. Tres de ellos son performers porno en Berlin. Tengo muchas
ganas de que me cuenten sus experiencias.
EI: Me interesa lo de la crianza en colectivo.
Hablemos más de tu proyecto. ¿Qué quieres abordar exactamente sobre la
maternidad en subversivo? De hecho, ¿qué quieres decir con maternidades
subversivas?
ML: Quiero hablar de todas las versiones de la
maternidad que se quedan en la sombra, las que no están visibilizadas.
El parto orgásmico es la más mediática dentro de las maternidades
ocultas. Creo que no hay que vivir la maternidad dentro de los
parámetros del momento actual. De algún modo delegamos toda la
responsabilidad en la profesión médica. Necesitamos tener conocimientos
nosotras mismas y saber que los partos orgásmicos son una realidad
médica. A pesar de esta realidad, una gran parte de las mujeres está
convencida de que o bien se pare con dolor o no se puede parir. Esta no
es toda la realidad.
EI: El parto es un acto sexual.
ML: Exacto. Y también la lactancia es un acto
sexual. En el libro quiero hablar de otras formas de vivir la maternidad
que a mí me parecen revolucionarias porque subvierten las normas de
como las mujeres han de vivir sus cuerpos. Son empoderadoras.
EI: Que eso sea sexual no lo convierte en algo
placentero para todas. Hay muchas mujeres que, por temas de abusos, nos
cuesta abrirnos a experiencias sexuales. Y así puede ocurrir con la
maternidad.
ML: Por supuesto, pero la maternidad puede aportar
sanación. Puede empoderarte. De una forma u otra todas hemos sufrido
abusos, desgraciadamente.
EI: Sí, no hay mujer que se libre.
ML: Es por esto que tenemos una relación conflictiva
con nuestra sexualidad, con nuestros úteros, con nuestra maternidad.
Aquí radica la importancia de reapropiarnos de nosotras mismas. Ten en
cuenta que hace no tanto tiempo se consideraba que la mujer era
físicamente incapaz de gozar del sexo. Había médicos que defendían esto
en épocas tan cercanas como los años 70. Es un logro del feminismo
haber cambiado esa concepción. Pero queda un largo camino para que una
mujer goce a tope de su cuerpo en la masturbación, en sus relaciones o
en sus partos.
EI: ¿La idea es la de reformular la maternidad (en este caso fisiológica) desde el placer?
ML: Sí, cada una ha de decirse: yo estoy hecha para correrme cada vez que me toco, cada vez que follo y cada vez que paro.
EI: Hum, me gusta.
ML: Esa es una parte, la del placer: pero hay más.
La principal no es otra que el poder. El poder sobre nuestros propios
cuerpos, sea para vivir el placer o lo que haga falta, ese es el poder
para liberarnos de condicionamientos de género. Poder y referentes de
mujeres poderosas de todo tipo como las que nos muestra Lagrace Volcano.
Hay que visibilizar la crianza transgénero así como la pornografía y la
maternidad.
EI: El tema del género me interesa porque lo
expuesto hasta ahora en los enfoques de la maternidad, aunque fuera
revolucionario, no cuestionaba el género. Que lo plantees me parece un
gran paso.
ML: Conozco a personas que no se definen como
hombres ni como mujeres. Sus hijos les llaman MaPa. Y la forma de gestar
es fluida: unos paren con sus úteros, otros con los de sus compañeras,
con ayuda del esperma o los óvulos de amigxs. En este sentido, el mundo
está cambiando.
EI: Entiendo, desde mi total ignorancia, que si para
una biomujer que se identifica como mujer, la gestación puede ser
complicada porque nos atraviesa el sistema; para personas que no se
identifican con los géneros preestablecidos, la gestación ¿es igual o
más complicada? o quizás tengan esto mas trabajado…
ML: Ante estas nuevas maneras de vivir la maternidad
se crean leyes para no permitirlas. Las peores se hacen precisamente en
España. Los úteros son los que gestan al mundo, más allá de si la
persona con útero se identifica como mujer, hombre o lo que sea.
EI: Vi un documental reciente donde una científica
inglesa de origen indio está trabajando con úteros artificiales. Han
conseguido que crías de tiburón nazcan en esos úteros.
ML: No me extraña que lleven ese camino. Lo que se
lleva haciendo desde hace mucho tiempo es quitarle el poder a la
maternidad. Al sistema le encantaría hacer bebés en laboratorios y hacer
con ellos lo que quisieran. Son fuerza de trabajo, esto no podemos
olvidarlo. En la actualidad ya tenemos problemas con la ciencia médica.
Una se puede quedar embarazada artificialmente, en laboratorio, parir
por cesárea o bien anestesiada y luego dar el biberón y poner la
criatura dormir en el otro extremo de la casa desde el minuto cero.
De ese modo, no conectas con el placer de tu cuerpo ni dejas al bebé
conectarse con el placer. ¿Qué ventajas tiene eso? Con estas técnicas
puedes volver a trabajar y producir para el sistema en cuanto acabas de
parir. La criatura crece en un estado de sumisión, desconectada de sus
pulsiones de placer.
EI: A mi juicio y por la experiencia compartida con
otras mujeres, estas vivencias no son garantes de la alienación de la
criatura. Tampoco creo que haber vivido un parto fisiológico respetado,
dormir con el bebé y darle el pecho garantice que el recién nacido no
esté alienado.
ML: Esa es la teoría sobre la crianza de Casilda Rodrigáñez. Y sí, lo sé. Ojalá fuera tan sencillo…
EI: Casilda nos da claves punteras y reflexiona
críticamente, pero no deja de ser teoría. Y esta teoría puede llegar a
ser discriminatoria si no se sabe objetivar.
ML: Casilda habla de un mundo ideal que no existe, pero me gusta pensar en la utopía. ¿En qué medida te parece discriminatoria?
EI: Para mí su teoría (que no ella) puede ser
discriminatoria si no se cuestiona ni personaliza. Si trata de crear
binomios de crianza que dividen y culpabilizan. Muchas mujeres que no
han parido ni criado tal y como ella recomienda, no tienen hijxs más
alienadxs que lxs demás. Vivimos en una cultura determinada, una pecera,
de la cual nadie se escapa. Pero bueno, ver otras posibles peceras nos
da perspectiva y nuevos horizontes.
ML:¿Quién ha parido y criado en las condiciones
ideales que propone Casilda? Pues nadie en este mundo, ni ella misma.
Nos estamos cuestionando las condiciones de la maternidad en nuestra
cultura. Casilda es una idealista y como tal hay que leerla.
EI: Sí, a las personas que generamos teoría habría que leernos con esta alerta:
¡Cuidado! es teoría, es la búsqueda de una pecera diferente dentro de la misma pecera.
Porque luego está la práctica, y en ésta existen mujeres que viven sus
procesos de crianza con el dolor de no ser perfectas, de no haber
cumplido con las teorías estudiadas. Ser la mujer perfecta, la feminista
perfecta, la subversiva perfecta… es un síndrome difícil de sacudirse
de encima.
ML: ¡Qué agobio! Yo no lo vivo así. Voy a poner un
ejemplo: el parto orgásmico, ¿a quién no le gustaría tener uno? Pero por
otro lado el parto perfecto es aquel en el que te sientes bien con al
experiencia, haya acabado en cesárea o en orgasmo. Es aquél donde te
sientes respetada y cuidada, donde no te sientes víctima de las
circunstancias y de la ignorancia. Ése es el parto perfecto.
EI: ¿En el libro vas a sacudirnos los agobios?
ML: Claro que sí. Hay que sacudirse el mito de la
madre y mujer perfecta. Yo quiero hablar de mujeres que han vivido
experiencias estupendas. Y, desde ahí, cada una hasta donde podamos.
Yo gocé mi parto a tope, pero al final y de repente me vino el dolor.
El famoso dolor que te parte en dos. Afortunadamente fue muy al final y
sólo lo viví una horita, en lo que se conoce como el expulsivo final.
Es muy curioso porque se me apareció un “hombre malo”, fue como una
ensoñación y a partir de ese momento fue doloroso.
EI: Apareció el señor patriarcado, ¿no? Pero Roc (bebé de María) y tú le disteis su merecido.
ML: Sí, apareció el mismo que viste y calza, sí. Roc
hizo todo el trabajo. En el parto yo creo que es todo la criatura, que
tú estás ahí para abrirte a ella. Ella manda, ella sale y tú te abres.
EI: Disponerte a ser atravesada por lx otro. Por el cuerpo de otrx. Sexo al fin y al cabo…
ML: Las comadronas dicen que cada una pare tal y
como es., ¿verdad? Ayer le comentaba a unas amigas en un picnic: “no sé
como me dolió tanto el expulsivo de Roc, que pesaba solo dos kilitos, me
he metido cosas mas grandes en mi vida”. Qué bestia soy, después de
escucharme hasta yo me asusté
EI: Si que eres bestia y por eso me gustas tanto.
Pero no era meter, era sacar. Y para esto hay que dejar que tu cuerpo
sea atravesado de dentro a fuera por esa persona que lleva tanto tiempo
en ti pero que no eres tú.
ML: No es tan fácil abrirse en esta vida y en este mundo, pero esto ya son misticismos míos.
EI: María, tu deseo, aquel por el que nos conocimos,
ahora que lo has logrado, que ya has parido, que lactas y que le tienes
ahí a tu lado ¿ha merecido la pena hacerlo realidad?
ML: Me encantaría decir que me quedé preñada de
forma hermosa, con plena consciencia pero no fue así, llevaba tiempo
algo perdida. Mi hijo me ha puesto en mi sitio y me ha dado una fuerza
que yo necesitaba. Siempre me he sentido sola. Ahora sé que nunca más me
volveré a sentir sola, aunque él se vaya antes que yo.
No es que haya valido la pena, es que está siendo maravilloso pero
esto no significa que en cualquier otro momento de mi vida hubiera sido
igual, o que para otra mujer tenga que ser así. Para mi es la vida que
se renueva, es magia pura, es el amor puro y limpio y a raudales. Yo lo
siento así, nena. Es como un viaje de éxtasis cada día: amor, amor y
amor. Ya lo había pasado bastante mal con muchos temas en mi vida pero
con este no. No todo va a ser sufrir, ¿no?
Texto: Erika Irusta
Fotos: Ismael LLopis.
(Las fotos son de la visita de Erika a Maria durante el verano de 2013)