Conversación entre Erika Irustra y María LLopis, verano 2013, en el proceso de creación del libro Maternidades subversivas.

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ERika Irustra, Santurce 1983, es pedagoga especializada en menstruación y su blog El camino rubí es la principal referencia en castellano sobre el ciclo menstrual. Maria Llopis, Valencia 1975,  es artista multidisciplinar y su trabajo versa sobre sexualidad como fuerza de creación y como arma política desde posiciones feministas que cuestionan las identidad sexuales y de género.
A continuación podréis disfrutar de la conversación que Erika mantuvo con Maria Llopis:
María y yo nos conocimos en el 2012. Ella es una artista queer muy reconocida pero yo no sabía nada de esto. Ella estaba interesada en uno de los talleres sobre autoconocimiento del ciclo menstrual que hacía en Sevilla y contactó conmigo. Ambas comenzamos a hablar de nuestro deseo de ser madres y lo imposible que se nos estaba haciendo a las dos. En menos de 15 minutos supe que teníamos algo único y especial. Me propuso crear juntas un taller sobre maternidad, pero al comenzar a planearlo me llegó un email desde Londres que decía: nena, creo que estoy embarazada. ¡Y vaya si lo estaba! Desde entonces hemos hablado mucho. Ahora que, por fin es madre, quería saber más de ella y de los proyectos que tiene entre manos.

EI: María, cuando te conocí no sabía de tu trabajo. Recuerdo que nuestro primer contacto vino en relación al deseo de ser madre. Ambas, como feministas, hemos vivido el dilema de ser o no ser madre. Lo hemos deconstruído de un modo teórico y las dos hemos pasado por abortos espontáneos. ¿Cómo has vivido la maternidad después de todo este cuestionamiento?
ML: Pues ahora me doy cuenta de cuántas ganas tenía de ser madre, y de cómo lo aplacé, cómo lo pospuse. De algún modo me creí toda la mitología que se nos ha vendido: Si eres madre se te acaba la vida, ya no puedes hacer nada. Hay un prejuicio anti-maternidad en una rama del feminismo.
Y mas allá de cuestiones teóricas supongo que también influye mi propia historia familiar. Mi madre lo fue soltera y muy joven.
Luego, cuando fui madre pensaba, por fin: vaya, me han estafado, esto es la puta hostia, ¡si lo llego a saber lo tengo en el instituto! Yo pude haberlo intentado antes, pero me pilló una crisis vital muy fuerte.
En definitiva ahora veo que no está tan mal tenerlo tarde, tiene sus ventajas. Con la edad te trabajas tus sombras y dudas. Y, además, ya has vivido todo tipo de experiencias y te importa poco a lo que renuncias. Había un cierto hartazgo de todas esas cosas que se supone que son tan estupendas y a las que te tienes que agarrar todo el tiempo que puedas. Así que disfruto completamente del puerperio. Mi puerperio es éxtasis puro. Tengo mis problemas, como cualquiera, pero mi percepción es éxtasis.
A mí personalmente la maternidad me ha empoderado. Me siento más fuerte, capaz, valiente. Tendré menos horas al día, pero las que tengo me cunden más que las 24 que tenía antes. Ser madre joven debe ser muy distinto.
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EI: Nuestras madres fueron madres muy pronto. Tú lo has sido tarde y si yo lo soy será tarde también. Quizás por lo que he visto en mi propia ama lo estoy postergando tanto.
ML: Debido a su enfermedad mi madre estaba en su mundo de fantasía, de modo que me crió mi abuela. En mi generación he visto que las abuelas han tenido un lugar muy fuerte en nuestra crianza, quizás por las circunstancias del mundo laboral.
EI: Mis abuelas no me criaron y echo de menos su presencia. Mi madre me crió junto a mi padre. La familia, de forma extensa, no estuvo presente en mi crianza.  Se echa de menos, de adulta, haber conocido a más personas, más formas de pensar, otras maneras de hacer las cosas. Crecer en comunidad: eso que es básico para criar y que nos resulta tan ajeno.
ML: Sí, la comunidad es necesaria para criar. Es difícil de encontrar en esta sociedad. Yo tengo ahora una panda de colegas con críos que tienen ideas afines, y quedamos una par de veces por semana en la playa o en la montaña. Nos sana mucho, en la soledad de tu casa te ahogas.
EI: Esto es algo que pude ver con las mujeres-madres a las que acompañé: la soledad. Al comienzo parece que hay buenas voluntades de todo el mundo por acompañarte y mimarte (que acaba siendo para el bebé no para la mujer). Luego se pasa el hype, te quedas sola con un bebé y puedes acabar difuminándote porque necesitas otros contactos, aire.
ML: Yo he tenido mucha suerte porque tengo a mi pareja conmigo. Aunque no tengo familia, excepto mi hermano, han surgido un montón de personas afines con las que compartir el tiempo. Una de mis colegas es madre soltera y lo vive genial gracias a sus amigas y varias actividades. La realidad de la crianza es que es un currazo y hace falta ayuda.
Para el libro tengo que entrevistar a personas que optan por crianza en colectivo. Tres de ellos son performers porno en Berlin. Tengo muchas ganas de que me cuenten sus experiencias.

EI: Me interesa lo de la crianza en colectivo. Hablemos más de tu proyecto. ¿Qué quieres abordar exactamente sobre la maternidad en subversivo? De hecho, ¿qué quieres decir con maternidades subversivas?
ML: Quiero hablar de todas las versiones de la maternidad que se quedan en la sombra, las que no están visibilizadas. El parto orgásmico es la más mediática dentro de las maternidades ocultas. Creo que no hay que vivir la maternidad dentro de los parámetros del momento actual. De algún modo delegamos toda la responsabilidad en la profesión médica. Necesitamos tener conocimientos nosotras mismas y saber que los partos orgásmicos son una realidad médica. A pesar de esta realidad, una gran parte de las mujeres está convencida de que o bien se pare con dolor o no se puede parir. Esta no es toda la realidad.
EI: El parto es un acto sexual.
ML: Exacto. Y también la lactancia es un acto sexual. En el libro quiero hablar de otras formas de vivir la maternidad que a mí me parecen revolucionarias porque subvierten las normas de como las mujeres han de vivir sus cuerpos. Son empoderadoras.
EI: Que eso sea sexual no lo convierte en algo placentero para todas. Hay muchas mujeres que, por temas de abusos, nos cuesta abrirnos a experiencias sexuales. Y así puede ocurrir con la maternidad.
ML: Por supuesto, pero la maternidad puede aportar sanación. Puede empoderarte. De una forma u otra todas hemos sufrido abusos, desgraciadamente.
EI: Sí, no hay mujer que se libre.
ML: Es por esto que tenemos una relación conflictiva con nuestra sexualidad, con nuestros úteros, con nuestra maternidad. Aquí radica la importancia de reapropiarnos de nosotras mismas. Ten en cuenta que hace no tanto tiempo se consideraba que la mujer era físicamente incapaz de gozar del sexo.  Había médicos que defendían esto en épocas tan cercanas como los años 70. Es un logro del feminismo haber cambiado esa concepción. Pero queda un largo camino para que una mujer goce a tope de su cuerpo en la masturbación, en sus relaciones o en sus partos.
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EI: ¿La idea es la de reformular la maternidad (en este caso fisiológica) desde el placer?
ML: Sí, cada una ha de decirse: yo estoy hecha para correrme cada vez que me toco, cada vez que follo y cada vez que paro.
EI: Hum, me gusta.
ML: Esa es una parte, la del placer: pero hay más. La principal no es otra que el poder. El poder sobre nuestros propios cuerpos, sea para vivir el placer o lo que haga falta, ese es el poder para liberarnos de condicionamientos de género. Poder y referentes de mujeres poderosas de todo tipo como las que nos muestra Lagrace Volcano. Hay que visibilizar la crianza transgénero así como la pornografía y la maternidad.
EI: El tema del género me interesa porque lo expuesto hasta ahora en los enfoques de la maternidad, aunque fuera revolucionario, no cuestionaba el género. Que lo plantees me parece un gran paso.
ML: Conozco a personas que no se definen como hombres ni como mujeres. Sus hijos les llaman MaPa. Y la forma de gestar es fluida: unos paren con sus úteros, otros con los de sus compañeras, con ayuda del esperma o los óvulos de amigxs. En este sentido, el mundo está cambiando.
EI: Entiendo, desde mi total ignorancia, que si para una biomujer que se identifica como mujer, la gestación puede ser complicada porque nos atraviesa el sistema; para personas que no se identifican con los géneros preestablecidos, la gestación ¿es igual o más complicada? o quizás tengan esto mas trabajado…
ML: Ante estas nuevas maneras de vivir la maternidad se crean leyes para no permitirlas. Las peores se hacen precisamente en España. Los úteros son los que gestan al mundo, más allá de si la persona con útero se identifica como mujer, hombre o lo que sea.
EI: Vi un documental reciente donde una científica inglesa de origen indio está trabajando con úteros artificiales. Han conseguido que crías de tiburón nazcan en esos úteros.
ML: No me extraña que lleven ese camino. Lo que se lleva haciendo desde hace mucho tiempo es quitarle el poder a la maternidad. Al sistema le encantaría hacer bebés en laboratorios y hacer con ellos lo que quisieran. Son fuerza de trabajo, esto no podemos olvidarlo. En la actualidad ya tenemos problemas con la ciencia médica. Una se puede quedar embarazada artificialmente, en laboratorio, parir por cesárea o bien anestesiada y luego dar el biberón y poner la criatura dormir en el otro extremo de la casa desde el minuto cero.
De ese modo, no conectas con el placer de tu cuerpo ni dejas al bebé conectarse con el placer. ¿Qué ventajas tiene eso? Con estas técnicas puedes volver a trabajar y producir para el sistema en cuanto acabas de parir. La criatura crece en un estado de sumisión, desconectada de sus pulsiones de placer.
EI: A mi juicio y por la experiencia compartida con otras mujeres, estas vivencias no son garantes de la alienación de la criatura. Tampoco creo que haber vivido un parto fisiológico respetado, dormir con el bebé y darle el pecho garantice que el recién nacido no esté alienado.
ML: Esa es la teoría sobre la crianza de Casilda Rodrigáñez. Y sí, lo sé. Ojalá fuera tan sencillo…
EI: Casilda nos da claves punteras y reflexiona críticamente, pero no deja de ser teoría. Y esta teoría puede llegar a ser discriminatoria si no se sabe objetivar.
ML: Casilda habla de un mundo ideal que no existe, pero me gusta pensar en la utopía. ¿En qué medida te parece discriminatoria?
EI: Para mí su teoría (que no ella) puede ser discriminatoria si no se cuestiona ni personaliza. Si trata de crear binomios de crianza que dividen y culpabilizan. Muchas mujeres que no han parido ni criado tal y como ella recomienda, no tienen hijxs más alienadxs que lxs demás. Vivimos en una cultura determinada, una pecera, de la cual nadie se escapa. Pero bueno, ver otras posibles peceras nos da perspectiva y nuevos horizontes.
ML:¿Quién ha parido y criado en las condiciones ideales que propone Casilda? Pues nadie en este mundo, ni ella misma. Nos estamos cuestionando las condiciones de la maternidad en nuestra cultura. Casilda es una idealista y como tal hay que leerla.
EI: Sí, a las personas que generamos teoría habría que leernos con esta alerta: ¡Cuidado! es teoría, es la búsqueda de una pecera diferente dentro de la misma pecera. Porque luego está la práctica, y en ésta existen mujeres que viven sus procesos de crianza con el dolor de no ser perfectas, de no haber cumplido con las teorías estudiadas. Ser la mujer perfecta, la feminista perfecta, la subversiva perfecta… es un síndrome difícil de sacudirse de encima.
ML: ¡Qué agobio! Yo no lo vivo así. Voy a poner un ejemplo: el parto orgásmico, ¿a quién no le gustaría tener uno? Pero por otro lado el parto perfecto es aquel en el que te sientes bien con al experiencia, haya acabado en cesárea o en orgasmo. Es aquél donde te sientes respetada y cuidada, donde no te sientes víctima de las circunstancias y de la ignorancia. Ése es el parto perfecto.
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EI: ¿En el libro vas a sacudirnos los agobios?
ML: Claro que sí. Hay que sacudirse el mito de la madre y mujer perfecta. Yo quiero hablar de mujeres que han vivido experiencias estupendas. Y, desde ahí, cada una hasta donde podamos.
Yo gocé mi parto a tope, pero al final y de repente me vino el dolor. El famoso dolor que te parte en dos. Afortunadamente fue muy al final y sólo lo viví una horita, en lo que se conoce como el expulsivo final. Es muy curioso porque se me apareció un “hombre malo”, fue como una ensoñación y a partir de ese momento fue doloroso.
EI: Apareció el señor patriarcado, ¿no? Pero Roc (bebé de María) y tú le disteis su merecido.
ML: Sí, apareció el mismo que viste y calza, sí. Roc hizo todo el trabajo. En el parto yo creo que es todo la criatura, que tú estás ahí para abrirte a ella. Ella manda, ella sale y tú te abres.
EI: Disponerte a ser atravesada por lx otro. Por el cuerpo de otrx. Sexo al fin y al cabo…
ML: Las comadronas dicen que cada una pare tal y como es., ¿verdad? Ayer le comentaba a unas amigas en un picnic: “no sé como me dolió tanto el expulsivo de Roc, que pesaba solo dos kilitos, me he metido cosas mas grandes en mi vida”. Qué bestia soy, después de escucharme hasta yo me asusté
EI: Si que eres bestia y por eso me gustas tanto. Pero no era meter, era sacar. Y para esto hay que dejar que tu cuerpo sea atravesado de dentro a fuera por esa persona que lleva tanto tiempo en ti pero que no eres tú.
ML: No es tan fácil abrirse en esta vida y en este mundo, pero esto ya son misticismos míos.
EI: María, tu deseo, aquel por el que nos conocimos, ahora que lo has logrado, que ya has parido, que lactas y que le tienes ahí a tu lado ¿ha merecido la pena hacerlo realidad?
ML: Me encantaría decir que me quedé preñada de forma hermosa, con plena consciencia pero no fue así, llevaba tiempo algo perdida. Mi hijo me ha puesto en mi sitio y me ha dado una fuerza que yo necesitaba. Siempre me he sentido sola. Ahora sé que nunca más me volveré a sentir sola, aunque él se vaya antes que yo.
No es que haya valido la pena, es que está siendo maravilloso pero esto no significa que en cualquier otro momento de mi vida hubiera sido igual, o que para otra mujer tenga que ser así. Para mi es la vida que se renueva, es magia pura, es el amor puro y limpio y a raudales. Yo lo siento así, nena. Es como un viaje de éxtasis cada día: amor, amor y amor. Ya lo había pasado bastante mal con muchos temas en mi vida pero con este no. No todo va  a ser sufrir, ¿no?
Texto: Erika Irusta
Fotos: Ismael LLopis.
(Las fotos son de la visita de Erika a Maria durante el verano de 2013)

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