Las lágrimas de los hombres
El Cristo amarillo de Gauguin. Que encarna aún con la energía de la entrega a la muerte para un post- muerte para el renacimiento.
Casi siempre hablo de las mujeres, de nuestras alegrías y de nuestras penas, y de un plural que incluye por momentos... ahora bien hoy quiero hablar de ellos.
Y según nos cuenta Pamela Field, la abuela Sara del Clan de la Tortuga (Canadá) reafirma la necesidad que los hombres tienen de llorar su dolor: ... se ha disuadido a los hombres de dejar salir sus lágrimas... las fuertes lluvias que estamos experimentando en estos últimos tiempos son el Padre Cielo llorando todas las lágrimas de los hombres.
Esta foto es de un compañero en la peregrinación de María Magdalena, como ya ha estado compartida en abierto en face, considero que la puedo incluir. Si no fuera asi, se me dice gracias. En una sesión reciente de biodanza, cogí una mano que temblaba. Y de repente en una de esas resonancias mórficas, me ví sosteniendo la mano de alguien cercano que también es habitado por el Parkinson. Hace un tiempo el libro la Mujer temblorosa me golpeó. Lágrimas congeladas, lágrimas reprimidas, y ese temblor que grita, y esa parálisis que para la vida, la ralentiza y luego exige todo en un instante...
Un montón de conocidos y amigos heridos, enfermos, en procesos de aceptar sus nuevas identidades.
Marcando límites, trabajando la percepción de lo que es tolerable, e intolerable, cómo podemos estar al lado sin que nos coma, sin que busque la primacía sobre nuestras propias vivencias. Empatía con los procesos. Y aceptación. Nuestra esperanza de vida es más larga. La calidad de nuestras vidas a fin de cuentas, ¿en manos de quién está?
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