Renovación, atrevimiento y honestidad

Ayer, después del artículo sobre el renacimiento... y copiarlo y enviarlo a varias amigas, me llegaron varias respuestas... Una de ella decía: Gracias Bonita, por tus lindas palabras. Ayer por fin cambié mis tubos de estufa y hoy disfruto de mi fuego, del fuego del hogar en todos los sentidos, para mi la Candelaria me ofrece este fuego, sin humos, ni malestares, desde lo fácil y cómodo. Tengo la sensación de haber superado el mes de enero, como una prueba más de la vida y hoy me siento fuerte, dispuesta a purificar lo que toque y con fuerza. Te abrazo.
Siento que ayer la vida me regaló chispas, y besos y abrazos, y estoy agradecida. Una buena candelaria, con potencia, con atrevimiento- como mi querida flor del almendro, aunque luego pueda congelarse, y mucha honestidad. Parte de mis duelos que he tenido que atravesar con personas cercanas, es cuanta verdad decimos, y cuantos pactos reales  "a dos" , somos capaces de hacer y no sólo con Nosotr@s mismas. Está claro que es importante sernos leales, pero también a veces medimos "nuestra altura moral" cuando somos capaces de dar cuenta y sostener esos pactos que nos hacen humanas y que nos hacen cuidar a las demás y a nosotras en base a las necesidades consensuadas y pactadas. Un mundo de seres solitarios supervivientes y sin posibilidad de pacto no me parece suficiente.
Desde antiguo, del almendro se han utilizado diferentes partes como antitusígeno, hipotensor y hepatoprotector, entre otros. Sus propiedades principales son las de emoliente dermatológico, laxante, antiinflamatorio, cicatrizante y antiespasmódico. La leche y el aceite de almendras también se ha usado, como aplicación externa, para el cuidado de la piel.
El aceite de almendras se utiliza para el tratamiento de la dermatitis, psoriasis, pieles secas, quemaduras superficiales y para el estreñimiento. El aceite de la variante amargo es antiespasmódico en pequeñas dosis, pero siempre deberá ser obtenido bajo prescripción médica debido a la toxicidad de la planta. Además la leche de almendras tiene una aplicación dietética por su alto contenido en nutrientes .
A nivel simbólico,  el almendro florece muy pronto, en cuanto la temperatura sobrepasa los seis grados. Antes de que aparezcan las hojas, la copa explota en una exuberancia de flores blancas.
Con su cúpula de flores blancas, el almendro, árbol de la juventud, de la alegría, trasmite una idea de pureza, de nobles sentimientos; por eso se asocia al amor juvenil, al amor puro, al primer amor. Miguel herrero, El alma de los árboles.

La mitología griega explica esta simbología a través del mito de los amantes Fílide y Acamante. Todas las civilizaciones que han conocido el almendro se han regocijado ante la vista de los primeros almendros encendidos símbolos del amor juvenil.
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
-recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar! 
Antonio Machado.

Circe nos dice también: Ha llegado el tiempo de los almendros, llegan a nuestros sentidos vestidos de blanco y rosa , su floración es una llamada a la primavera, entre l@s que intentamos recatar el contacto y respeto por la naturaleza incluyendo la nuestra propia, el conocimiento despreciado de nuestras antiguas culturas , lo rescatable de sus mitos y su forma de explicarse la vida , el almendro en su exuberante belleza es algo mas que un árbol bello y de frutos amables
El almendro es originario de China y no llegó a Europa alrededor del siglo VI antes de nuestra era, hoy dia y durante estos miles de años ha sido muy cul­tivado en la zona mediterránea. Se adapta muy bien a los suelos secos ,son muy sensibles a los fríos tardíos, por lo que necesita inviernos suaves.
Su cor­teza es rugosa y agrietada. De floración muy temprana, las flores son blancas o rosa­das y tienen el cáliz muy abierto, es un árbol caducifolio, de la familia de las rosáceas, que puede alcanzar los 10 metros de altura.
Su madera, rojiza y muy dura, es utilizada para la fabricación de chapas finas y particularmente bella en la realización de runas. Sus semillas o almendras, muy apreciadas como fruto seco o en repostería. Proporcionan leche y aceite, empleado en perfumería, en medicina y jabones.
Dependiendo de las variedades de almendra se pueden obtener aceites dulces y comestibles, o aceites amargos y venenosos.
Dice la leyenda que sus flores blancas y tempranas, son símbolo tanto del renacimiento de la naturaleza, de la fragilidad y de la dulzura en todo caso cuando tras los días fríos las contemplamos su belleza atraviesa la coraza del cuerpo físico y conecta con esa vibración interior ayudando a serenarnos y alegrarnos a equilíbranos y hacernos más felices.
En algunas culturas se representa como una escalera de siete peldaños por la que se puede llegar a los cielos, siendo sus flores símbolo de los ángeles que ascienden al cielo o descienden a la tierra.
En la mitología griega, el almendro se encuentra ligado a la fecundidad, pues de los órganos de Agdistis, que fue castrado por los otros dioses del Olimpo, brotó un almendro y de éste nació Atis.
Phillis, princesa de Tracia, murió de pena por la ausencia de su amado y fue convertida por Hera (diosa de los amantes fieles) en un almendro, al regresar su amado, abrazó el almendro, que floreciendo a pesar de no tener hojas aún, en una manifestación de alegría.

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