Preparando el finde Raíces, máscaras y alas. Y Maria LLopis por el valle.
Desde las raíces, pasando por las máscaras para llegar a las alas. Seguimos adelante con la convocatoria del taller, aunque el universo está juguetón, y hay mucho, no se sabe, no decido hasta el último momento. Como hace tiempo que estoy haciendo las paces con esa energía voy haciendo con ello, sin vulnerar demasiado mis límites. Ando recogiendo Villa Buganvilia hasta mañana a las siete de la mañana que doy las llaves... ¡snif! última tarde y última noche. Anoche un chaparrón. Blanca está allí ahora, su último dia en la paz del jardín. Sus pelotas, su árbol, su charca de nenúfares para meter las patas y beber... A veces pienso la suerte que tienen que no anticipan el futuro, no sabe todo lo que se mueve, se que lo echará de menos, pero no anticipa la pérdida. Intento estar en el presente.
Cocina Ana, estará Atrissa haciendo un círculo el sábado por la noche para adentrarnos en Beltane y en ese mayo florido en que el valle de Olba se engalana de flores. Los lirios ya están abiertos, flor bella maravillosa, feminista, sensual... También estará por el valle María LLopis, el sábado dará una charla propuesta por la asociación de mujeres sobre Maternidades subversivas. En la entrevista del Pais se decía: Somos seres salvajes, sexuales y brutales. Desde que nacemos. Y esa animalidad es sagrada. Nuestra sexualidad salvaje es divina. Y la maternidad es una forma de vivir nuestra sexualidad para así conectarnos con lo sagrado, con lo divino. Así empieza María Llopis (Valencia, 1975) su último libro. La activista y autora de 'El postporno era esto' (Melusina, 2010) ha sido madre. Ha gozado, ha sufrido y ha escrito un libro que continúa de esta forma: - Estamos bien jodidos en esta sociedad desde la que escribo. Tenemos tantas reglas y normas sobre lo que deben sentir nuestros cuerpos que ya no sentimos, y menos gozamos, ni de la maternidad, ni de la vida ni de nada.
Se llama Maternidades Subversivas (Txalaparta, 2015). Dos palabras que, aunque juntas parezcan un oxímoron o un reclamo de tienda de ropa para bebés, se repetirán con todo su significado a lo largo de las 18 entrevistas recopiladas en él. También cuando María Llopis habla al otro lado de la cámara de su portátil desde Vancouver, Canadá. Allí vive desde hace meses con su hijo Roc y su expareja. Lo tuvo en casa acompañada de una 'doula' (asistente no oficial de parto) y ahora lo está cuidando de forma compartida con quien ya no es su compañero sentimental, en lo que apoda 'cocrianza'. Se podría decir que encajaría perfectamente en uno de los perfiles de su obra. Después de dos años con la idea de "hacer visibles una realidades que existen, pero son tabú", de establecer contactos y de recaudar dinero por medio de 'crowdfounding', le toca defender este abanico de experiencias. Entre ellas, defensoras del 'lactivismo', del parto orgásmico, de la ecosexualidad o de la crianza 'queer' La pregunta menos originalidad que se tercia es saber qué condiciones hay que reunir para considerar una "maternidad subversiva". -Me cuesta definir, responde María Llopis, por eso he buscado una muestra de testimonios que lo hiciera por mí. Lo que más me interesaba era pensar en la maternidad como algo que nos afecta a toda la sociedad. Y mostrar aquellas que rompían con lo anterior, con este sistema patriarcal y capitalista"
Probemos con lo opuesto: ¿qué no entraría en esta categoría? - Todas pueden ser. No sé decir sí o no, continúa. -He juntado a quien desafía lo establecido desde el goce y la alegría, los que hacen política radical desde la práctica y la vivencia personal, enumera en la conclusión del libro.
Una de las violencias más grandes que hay es imponer maternidades, imponer modos de vivir un parto, previene. Y en el libro he querido explicar que la maternidad es algo que implica a toda la sociedad y en concreto a las mujeres, tengan o no hijos. Necesitamos fijarnos en otro tipo de sociedades y verlas con otra mirada, lejos del ojo etnógrafo blanco occidental, para aprender a disfrutarla, a gozar cada estado, suspira mientras arremete contra el supuesto avance de la medicina a la hora de dar a luz. Hay una ignorancia generalizada respecto a procesos físicos en el cuerpo de una mujer.
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