La mujer loba

LA MUJER LOBA (PUEBLO DAKOTA) ... Una leyenda de l@s indi@s de América. Historia Heterocéntrica pero no antropomórfica. Vendrán otras de otros estilos.

En los días y años que siguieron a esta historia, los miembros de la tribu se acordaron de replantar el maiz y fumar el tabaco sagrado. Lo hicieron en memoria de su Primera Madre y para agradecerle su sacrificio.
Había una vez una joven mujer a la que el matrimonio le traía sin cuidado. Todos los muchachos del poblado intentaron cortejarla, pero ninguno logró ganarse su corazón. Al final, conoció a un hombre maravilloso a quien creyó poder entregarse en matrimonio. Sólo impuso una condición para casarse con él: que le tratase siempre bien. Sin embargo, poco despues de la boda, el hombre incumplió su promesa, pues la criticaba a menudo y la golpeaba. Temiendo por su vida, la joven escapó de casa. Los hombres del poblado formaron numerosas partidas de búsqueda, pero no encontraron a la mujer. Un día, la mujer se encontró con un desconocido. No podía imaginar que, en realidad, no era en absoluto un hombre. Era el jefe de los lobos. Segura que no la entregaría a su marido, la mujer le pregunto al jefe lobo si le podía dar comida, pues estaba hambrienta. El jefe lobo le extendió la mano y se ofreció a llevarla a su poblado. Cuando llegaron al poblado, la mujer se encontró con una manada de lobos alrededor de una fogata, y fue cuando se dió cuenta de que él no era un hombre, sino un lobo. La condujo a una tipa y le pregunto que le apetecía comer. La mujer le contestó que quería carne de búfalo.
El jefe lobo ordenó a dos de sus lobos que salieran en busca de carne de búfalo. Cuando volvieron, el lobo le preguntó a la mujer que como debía preparar la carne y ésta respondió que debía cocerla. Entonces el jefe lobo dio instrucciones de que abriesen un enorme fardo. La mujer supuso que había robado el contenido del fardo a los humanos. En el interior del fardo había una olla de hierro y unos cuchillos afilados. El lobo le preguntó a la mujer que debía hacer a continuación y esta le contesto que cortar a trozos la carne.
Le dieron un cuchillo y la mujer cortó la carne. A continuación, arrojo la carne a la olla de agua hirviendo, cuando estuvo cocida, la mujer preparo la comida para toda la manada de lobos. La mujer vivió con los lobos durante meses, siempre al cuidado de la preparación de las comidas.
Una noche el jefe lobo le dijo a la mujer que los miembros de la tribu de ella habían salido a cazar búfalos, y que si seguían avanzando en aquella dirección, llegarían al campamento de los lobos por la mañana. La mujer tenía que correr a su encuentro y desviarlos de su camino, pues matarían a los lobos si los encontraban.
Al día siguiente la mujer salió al encuentro de los cazadores, pero cuando se aproximó a ellos, empezó a marearse ante el olor de los humanos. Unos de los hombres la reconoció, pero la mujer les dijo que había estado viviendo con los lobos y que no quería regresar al poblado. Los hombres le suplicaron que volviese con ellos, pero la mujer permaneció en silencio. Al final, les dijo que prosiguieran con su caza del búfalo, y que cuando volviesen a pasar por allí, le diesen las lenguas y la mejor parte de la carne. Los hombres estuvieron de acuerdo.
Cuando regresaron, le trajeron todo cuanto había pedido. La mujer cogió la carne y la esparció entre dos montañas. De pronto, las laderas se llenaron de lobos que corrieron hambrientos hasta la carne. La mujer regreso al poblado e hizo las paces con su marido: sabia que a partir de ese momento, él la trataría bien, pues había vivido entre lobos salvajes.

Existe una leyenda parecida pero corta de la sierra de Cazorla:..

Hasta que desapareció, a comienzos del siglo pasado, el lobo era un animal abundante en la sierra de Cazorla. Una de las leyendas que le tienen como protagonista es la de aquel vecino de una mísera aldea de la sierra que, después de matar a una camada de lobeznos, se vió sorprendido por sus progenitores que fueron a vengarse a su propia casa. La historia asegura que mataron a toda la familia, salvo a una niña recién nacida, que fue criada por la manada y con el tiempo se incorporó a ella como una más. Así que ya sabes, si escuchas aullidos en la sierra, quizás estés oyendo a la mujer loba.

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