Santa Claus y los renos voladores- Texto de pijamasurf
Este texto me ha sido enviado por Xavier Flor de pasión- y fué escrito en pijmasurf - colectivo de pensamiento de resistencia de méxico- en el 2010.
Aunque una parte de la imagen moderna de
Santa Claus fue remediatizada por la magia negra de Coca-Cola, el
origen de esta figura emblemática que cruza los cielos con la celeridad
de un divinidad del rayo data de una tradición muchos más antigua,
relacionada con el chamanismo. De la misma manera que la Iglesia
Católica adaptó los dioses locales a sus propias divinidades (San
Patricio en Irlanda, el mismo San Nicolas tomado de Hold Nickar o la
Virgen de Guadalupe y la Tonantzin en México, etc.) en su proceso de
evangelización, Coca-Cola parece haber convertido en un ícono de
fantasía pop consumista a Santa Claus, una figura chamánica del norte de
Europa. Alrededor de la imaginaria de Santa
Claus podemos ver simbología común a la ancestral figura del chamán, el
primer sacerdote de la humanidad, puente entre el mundo visible e
invisible, sanador y artista, eje de la comunidad.
Por una parte el traje rojo y blanco de Santa, antes que los iterados colores de Coca-Cola, remite a la amanita muscaria (o fly agaric)
un poderoso hongo alucinógeno usado por chamanes desde Laponia hasta
Siberia, el cual ha sido vinculado con el mítico “soma” de los vedas,
la sustancia divina, por el investigador Gordon Wasson. El traje de
Santa Claus recuerda, también, a los trajes de los leñadores y cazadores
de hongos de los paisajes del norte.
Estos hongos (a cierta dosis venenosos)
son el alimento favorito de algunos renos del norte de Europa, como se
puede observar claramente en el siguiente video de la BBC. Los chamanes,
ya que la sustancia activa de la amanita no se metaboliza, llegan a
tomarse la orina de los renos, además de la suya, cuando han ingerido
amanita muscaria (¿y los renos la de los chamanes en un totémico
intercambio?). Esto ha llevado a especular que el origen de la frase
“get pissed”, para referirse a emborracharse en inglés podría provenir
de tomar orina de amanita muscaria.
Claro está que los renos de Santa Claus
no son renos ordinarios, son renos voladores (el más famoso siendo
Rudolph). Esto se relaciona al hecho de que comen hongos (fly agaric),
como al hecho de que son aliados de Santa: los chamanes
tradicionalemente son figuras capaces de volar, ya sea por sí solos
(como luces rojas, fuegos fatuos) o usando un nagual (por
ejemplo Castaneda se convierte en cuervo en sus relatos con Don Juan).
Los hongos de amanita muscaria crecen
abajo de los pinos, de una forma que puede considerarse “mágica”, ya que
aparecen ahí de la noche a la mañana. De forma similar los regalos de
navidad aparecen debajo de un pino de la noche a la mañana, como hongos
mágicos. El chamán, tradicionalmente es el que viaja a los mundos
invisibles para obtener regalos de conocimiento para la comunidad según
el merito y la impecabilidad de sus miembros.
Otra
seña ineludible es la casa de Santa Claus en el Polo Norte, y
especialmente orientado hacia la estrella polar, llamada también “el
clavo del cielo”. Para el misticismo nórdico, el árbol de la vida o axis
mundi (Yggdrasil) se encuentra en el Polo Norte (marcado por Polaris,
la única estrella que aparentemente no se mueve y sobre la cual parece
que las demas giran). Este eje cósmico representa el centro sagrado que
conecta al cielo con la Tierra y con el inframundo y el cual es usado
por el chamán como una escalera para tener contacto con el mundo
espiritual. De forma similar Santa Claus utiliza la chimenea de las
casas para descender por el árbol cósmico y dejar regalos.
No es extraño que Santa Claus tenga una
fábrica mágica de juguetes la cual es operada por duendes. Los duendes,
nomos o elfos, tradicionalmente han sido asociados con los chamanes y
con la ingesta de enteógenos. Un caso moderno, son los viajes reportados
por el tecnochamán Terence Mckenna, que fumando DMT (primo molecular de
la psilocibina) constantemente entraba en contacto con elfos
interdimensionales que le enseñaban a fabricar objetos solamente con el
lenguaje y que se asemejaban a lúdicos guardianes de un tipo de oro
alquímico (tricksters).
También se relacionan el rubor del
rostro de Santa Claus, más allá del frío, con el característico efecto de
la amanita muscaria y su canto “Ho, Ho”, con una onomatopeya de su
celebración psicodélica. Asimismo, su viaje a todo el mundo en un día
repartiendo regalos puede ser equivalente a un viaje astral alrededor
del axis mundi, en la carroza celestial de los dioses.
Según el trabajo de Mircea Eliade, los
chamanes, tecnólogos del éxtasis, fundamentalmente participaban en el
ritual iniciático de muerte y renacimiento. La Navidad, más allá de
representar el nacimiento de Cristo, representa la muerte y el
nacimiento del sol. Se puede ver en el viaje de Santa Claus, ascendiendo
del árbol sagrado en el centro del mundo después de una temporada en el
inframundo, la representación de este renacimiento, renovado con la
“feliz navidad” de haber superado la muerte, con regalos, orginalmente
simbólicos, que se convierten en materiales, como el oro de los
alquimistas se convierte vulgarmente en algo material.
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