Y lo nuevo, que como brote pequeño emerge de la noche oscura del alma, nos dice: sí hay vida, sí hay esperanza, pequeña, sutil, humilde, y hay que cuidarla, cuidarnos. Y nos comprometemos a trabajar con “lo que hay”, eso que vive y que quiere crecer. Y nos comprometemos al descanso. Y nos comprometemos a la tarea de ser un cuerpo, una sangre-agua que circula, un corazón que late y reconocemos de qué estamos hechos.
No somos una ficción. Estamos encarnadas y somos reales y soberanas, y esta realidad es más potente que cualquier creencia programada en nuestro inconsciente.
Tenemos una oportunidad, una brecha, una puerta. Virgo nos dice que esta puerta es pequeña. Hacia lo útil, lo práctico. Nos dice que esta puerta apunta a los hechos por encima de las creencias y las ideas. Esta puerta apunta a lo real.
Este es un tiempo de paciencia. De ir poco a poco. De dar pequeños pasos con cautela, testando las aguas y las corrientes de los tiempos y las agendas que confluyen. Es tiempo de discriminar atentas entre la repetición de un patrón y la oportunidad de elegir una nueva senda. Es tiempo de darnos cuenta de lo que repetimos, autómatas.
Es tiempo de dejar de ser elegidos por las circunstancias y preguntarnos paso a paso, ¿quiero? ¿esto es sano e íntegro para mi? ¿me siento bien haciendo esto? ¿me apetece? ¿me hace bien? ¿es útil y necesario? ¿cuál es mi prioridad?
Es desde el centro que hemos ido fortaleciendo durante el año que podemos ubicarnos, elegir y cambiar el patrón.
Es un tiempo de reinvención en el cual las leyes antiguas ceden paso a la renovación de nuestro propósito del alma. La clave para elegir está en discriminar entre qué y quién sostiene la luz de la esperanza, la sanación del alma y la sabiduría de lo que extingue y apaga esta luz. La clave está en el cuerpo que sostiene la evolución del alma. Nuestro cuerpo se abre y se cierra, dice sí y dice no. Si nos tomamos el tiempo y el cuidado de escucharnos encontraremos la puerta, el eslabón, el puente de renovación. Un ciclo cierra. Otro abre. El que abre lo creamos nosotras. La puerta está abierta.
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