Esta era la pregunta que Elena Caballero planteaba para el mes de Agosto, y en realidad estos días al ver cómo nos hemos ido regalando el descanso las diferentes mujeres que me rodean, he mirado si habían caminado descalzas o no.. Yo, obviamente sí, de hecho voy descalza ahora escribiendo, aunque aquí no tiene tanto mérito, lo estoy sobre un suelo de bambú.
La Pregunta me vino el jueves después del primer claustro de la enseñanza formal, cuando cambié el calendario al mes de Septiembre y arranqué los primeros meses del año, hasta hora, que he colocado en un círculo en la sala. Ya volveré más tarde a ese círculo.
Ahora, la dama del mes de Agosto, que me ha llegado en septiembre pero ha estado presente todo el rato, incluso impidiéndome volver demasiado pronto a casa.
Adjunto el texto de Elena Caballero.
Soy la sólida Dama de la Tierra, fértil y oscura. Sostener la vida es mi gran poder femenino. Al igual que una madre, acojo a todos sin juicios, alimento y doy a luz. Simbolizo la materia, el elemento más físico y receptivo de los cuatro y encarno la parte instintiva del ser humano.
Conecta conmigo a través de los sentidos. Bailar descalza sobre mi piel rescata la memoria de quién eres, pues mis infinitas raíces invisibles, te conectan con la vida salvaje y encestral que fluye bajo tus pies.
De mí, tierra generosos y sensual, brotan los más espléndidos frutos si me cultivas con semillas sanas, abono natural y buenos cuidados Con este proceder, devuelvo los afanes multiplicados, para que tu cuerpo florezca a su vez.
Frente a la ignorancia de los voraces mercados que expolian y contaminan mi vientre, urge reivindicar que soy sagrada. La mujer debe creer en su fuerza como guardiana de la vida para lograr el respeto por la diversidad, la dignidad y la salud de la humanidad.
Como Dama de la Abundancia, te ruego que recuperes la pasión por danzar y jugar en el barro, sea cual sea tu edad. Frente al cemento y el barro, puedes en contrar, en mi regazo, la paz.
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