Animales de poder. El resurgimiento del chamanismo y la transformación planetaria, por Karina Malpica

 

."No herir a nuestros humildes herman@s (l@s animales) es nuestro primer deber hacia ell@s, pero detenerse aquí no es suficiente. Nosotr@s tenemos una misión más elevada -serles de servicio a ell@s siempre que lo requieran. Si una persona excluye a cualquiera de las criaturas de la Divinidad del resguardo de la compasión, esa persona actuará igualmente con sus compañers@ human@s."
                                                                 San Francisco de Asís

Dentro de las tradiciones chamánicas, cuando se habla de un animal de poder, no se hace referencia a un ejemplar específico, sino a su espíritu común. Sin excepción, todas y cada una de las especies que caminan, vuelan, reptan o nadan sobre la faz de nuestro planeta, cuentan con poderes especiales y una sabiduría propia ganada a través de las miles y miles de experiencias individuales acumuladas generación tras generación desde el principio de los tiempos… La teoría del campo morfogenético se ha utilizado para explicar la transmisión de informaciones entre los individuos de una especie. Se supone que cuando un número determinado de individuos aprenden algo y se alcanza una “masa crítica”, el resto de la especie manifiesta dicho aprendizaje como un comportamiento instintivo. Dicho campo sería entonces una especie de memoria común o inteligencia colectiva… o dicho en términos chamánicos, el espíritu del animal de poder con el cual entramos en contacto cuando lo invocamos.
        Consejo de hoy del canario para mí: Cuida tus palabras. Son tu varita mágica. Tienen el enorme poder de construir los futuros más fantásticos para ti y para quienes te escuchen. Úsalas únicamente para traer amor y bienestar a tu mundo.

¿Qué puedes hacer tú por los animales?
Parte del gran destino de la humanidad, consiste en dejar de ser las mayores depredadoras del resto de los animales y convertirnos en su mayores benefactoras. Por eso uno de los objetivos de este Juego de los Animales de Poder de Karina Malpica es recaudar fondos para colaborar con los profesionales que se dedican a la protección de los animales y de sus respectivos hábitats.
En virtud de ello, un porcentaje de las ganancias de Karina Malpica por las ganancias del El Juego de los Animales de Poder han sido donadas a la Reserva Ecológica Chontachaka para apadrinar cuatro hectáreas de selva amazónica en las que habitan especies en peligro de extinción. Y ella te invita a colaborar con ésta u otras organizaciones similares como la internacional WWF Adena, que financia más de 1000 programas distintos que cumplen estas metas.


Textos sobre chamanismo
"EL RESURGIMIENTO DEL CHAMANISMO
Y LA TRANSFORMACIÓN PLANETARIA"
Por Karina Malpica
En el México de mi niñez había una profecía que pronosticaba que cuando "el águila del norte" se encontrara con "el águila del sur", resurgiría "la tradición". Y el impacto de este encuentro sería tan grande que el mundo cambiaría.
La "tradición" es un término que hace referencia a la sabiduría de civilizaciones que florecieron mucho tiempo antes de la llegada de los españoles a México, pues las culturas con las que éstos se encontraron, hacía ya tiempo que se consideraban espiritualmente decadentes. El conocimiento ancestral en aquellos años llevaba tiempo resguardado en el secreto depósito de la memoria y los corazones de los guardianes de las tradiciones, esperando tiempos mejores para resurgir y jugar su papel estelar en la transformación del mundo.
El "águila del norte" y el "águila del sur" son referencias a los hombres y mujeres guardianes de tradición que, establecidos en ambos hemisferios del continente americano, han preservado la tradición transmitiéndola de maestro a discípulo ininterrumpidamente hasta nuestros días.
Pues bien, los primeros contactos formales entre los distintos grupos indígenas del continente americano se dieron a finales de la década pasada y sirvieron para poner en marcha la PRIMERA REUNION DE SACERDOTES Y ANCIANOS INDÍGENAS DE AMERICA que se realizó en Guatemala en el año 1995. La segunda se llevó a cabo en Colombia en 1997, la tercera en Estados Unidos en 1999, la cuarta en Bolivia en el 2001, y la quinta se realizó en las tierras mayas de México en marzo del 2003.
Precisamente de acuerdo al calendario maya, entre 1999 y el 2012 estamos atravesando por "El Gran Salón de los Espejos", o sea, la tormenta que precede a la gran transformación. En palabras de Sixto Paz: "Esto significa que la humanidad entró simbólicamente en el gran salón de los espejos: O aprendemos a vernos a nosotros mismos tal como somos y cambiamos de actitud frente al planeta y frente a nosotros mismos, o el planeta se encargará de acabar con nosotros. Y esto es desde el 99 hasta el 2012. Estamos viviendo los 13 años definitivos." 
Coincidiendo con estos trece años definitivos, estamos presenciando un movimiento que rescata aspectos específicos del chamanismo tradicional y los combina con un nuevo complejo de prácticas y creencias, muchas de ellas comunes a la denominada corriente de la nueva era, o la mística contemporánea, como prefieren llamarle otros. Este nuevo movimiento ha sido bautizado por distintas voces como "chamanismo esencial", "neochamanismo" o "chamanismo contemporáneo".
Los antecedentes más obvios del mismo se encuentran en el impulso que el movimiento hippie dio a la idea de buscar el contacto directo con lo trascendente y en su interés por las prácticas de los chamanes americanos, específicamente aquellas relacionadas con las plantas de poder o plantas visionarias. Sin embargo, el principal rescate de los valores chamánicos, quizá menos visible pero más profundo y constante, nos ha llegado a través de los libros de algun@s antropólog@s y psicólog@s quienes, alejándose del punto de vista teórico y anecdótico de sus antecesor@s, cruzaron el falso paradigma de la "objetividad científica" y comenzaron a estudiar con chamanes indígenas que habían conservado sus sistemas tradicionales, convirtiéndose en sus aprendices.
En este noble y temerario intento por asimilar de primera mano los sistemas de creencias chamánicos, además de los escritos de Carlos Castaneda sobre su aprendizaje con un brujo yaqui, destacan los trabajos de Michael Harner con los chamanes sudamericanos; los de Peter Furst y Barbara Myerhoff sobre el chamanismo huichol en el norte de México; los de Josep Maria Fericgla, aprendiz de los shuar (jíbaros) ecuatorianos; los de Jacobo Grinberg-Zimmerman, estudiante de Pachita y otros chamanes mexicanos; y por supuesto los trabajos de dos de los más destacados discípulos de la mítica oaxaqueña María Sabina, los doctores Salvador Roquet y Richard Yensen.
En todas estas fuentes abrevan directa o indirectamente los neochamanes, en su mayoría occidentales de nacimiento más no de pensamiento. Como bien advierte Joseph María Fericgla en Los chamanismos a revisión, no se puede hablar del chamanismo como un fenómeno único y estructurado, pues existen muchas corrientes y algunas de ellas resultan meros montajes ritualísticos destinados a cubrir la demanda occidental de viajes con plantas psicoactivas. No obstante, el neochamanismo ha tascendido éstas y otras trampas constituyéndose en una alternativa atrayente para un sector definido de personas con inquietudes y visiones similares.
En su ensayo "Neochamanismo y el movimiento místico moderno", Joan Townsend asegura que el neochamanismo está ejerciendo una gran influencia en un pequeño pero importante segmento de la población mundial "que experimenta una nueva espiritualidad caracterizada por su interés en sistemas religiosos no occidentales".
Este pequeño segmento está compuesto de gente con estudios superiores, una posición económica media o alta y situaciones laborales desde las que puede influir sobre las ideas y tendencias de su sociedad. Son individuos en busca de trascendencia que no suelen afiliarse a organizaciones religiosas ni grupos de culto:
En realidad, sus "grupos" no son más que pequeñas aglomeraciones de gente que se reúne en talleres y asambleas locales. Estos grupos, raramente dotados de una estructura social, son amorfos y relativamente de poca duración. La gente participa con frecuencia en varios grupos de este género simultáneamente, en uno de los cuales puede que se haga hincapié en el neochamanismo, en otro en la curación, en otro en el desarrollo psíquico y en otro en sesiones espiritistas.
Lo fundamental del chamanismo tradicional es el acceso a una realidad alternativa, distinta a la realidad cotidiana en la que funciona la mayoría, donde el chamán es capaz de penetrar a voluntad y realizar cosas que afecten directamente la realidad ordinaria, con ayuda de espíritus, guías, maestros sin cuerpo físico, plantas o animales de poder. Y estas son todas las coincidencias entre chamanes y neochamanes. Las diferencias comienzan en la búsqueda de trascendencia que caracteriza a los neochamanes, en su forma de integrar los conceptos de la medicina occidental con la sabiduría de la medicina tradicional y en general, en el hecho de que las ideas de un neochamán son mucho más eclécticas que las de un chamán clásico.
Los neochamanes, o practicantes del chamanismo contemporáneo, como prefiero llamarlos, utilizan técnicas del clásicas para curar con la asistencia de ayudantes espirituales (por ejemplo la de viajar a la realidad alternativa para rescatar un alma perdida), sin embargo han incorporado técnicas y conceptos ajenos al chamanismo tradicional tales como el sistema de apertura de chakras, la imposición de manos y la sanación a distancia. Además su interpretación de la enfermedad es más amplia ya que la mayoría de ellos respetan los éxitos alcanzados por la medicina occidental, al tiempo en que señalan sus limitaciones y no pretenden ser una alternativa sino, muchas veces, actuar conjuntamente. Lo cual añade una dimensión espiritual a la curación, pues la curación del espíritu y la armonía del paciente consigo mismo y con el universo se consideran de una importancia igual o mayor que la sanación física de la enfermedad.
Esta es una coincidencia que Joan Townsend señala como fundamental entre el neochamanismo y la corriente nueva era. Otra de ellas, la más importante, es "el supuesto esencial de que todo está interrelacionado", lo cual conduce a un enfoque profundamente ecológico en el neochamanismo y a la idea recurrente de la necesidad de un "despertar espiritual colectivo" que detenga no sólo el deterioro ecológico, sino los problemas derivados de las desigualdades sociales y la violencia entre grupos raciales y entre naciones. Es por ello, según Townsend, que el neochamanismo no es una moda pasajera dado que: "posee importantes verdades místicas y el potencial de experiencias trascendentes que mucha gente en la sociedad occidental anhela con ahínco". Así pues, no estamos ante "una moda pasajera de una sociedad seglar y consumista", sino ante "una tendencia importante, en potencia, capaz de cambiar radicalmente las creencias de la sociedad occidental." (3)
Todo lo cual presenta al chamanismo contemporáneo como el auténtico resurgimiento de la "tradición", un movimiento capaz de transformar al mundo, tal como auguran las inmemoriales profecías de la América profunda...
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