Re-naciendo en el mar

Denia, el Montgó desde la terraza, el sonido del agua, las piscinas cristalinas, los susurros en francés, esa lengua de la infancia y de la adolescencia, nuestra Langue- d´occ... recuperar la sensorialidad del cuerpo de otra manera, celebrar la mezcla de nuestra juventud y nuestra madurez. Ayer le escribí un poema a Birgit viendo la bella puesta de sol, esos azules clarísimos y el reflejo dorado en la playa de la Marieta Casana, playita de arena donde está el chiringuito antes de llegar a Las Rotas. Con el filo de los años, con un vaso de líquido en las manos y la perra mirando el mar, escribía ya que ella me había dicho que quería una bella libreta de poemas como en la infancia...

Cierro los ojos
y tienes cara de niña
    y haces el Abitur.
Sorbo el tinto de verano
y el mar refleja tu sonrisa
tus uñas de los pies brillan
y de cada drama
te has hecho un collar de perlas.
Calaveras médiums piratas en islas del norte.
Mar de Dinamarca
Praga y nieblas de Avalon.
La diosa nos sonrió
y con un anillo de gato
   llevado por un príncipe que conocí en un tren
   llegué a tí.
Tus príncipes resultaron sapos
más tú, princesa de ojos azules,
descalza y elegante
recobraste siempre la ilusión y el agradecimiento.
Tu sonrisa, tu espíritu de seguir adelante, tu belleza y obstinación,
a ratos tu vacío.
Cierro los ojos y los abro
los tiempos se entrelazan
los dieciocho y casi los cincuenta.
Más de treinta años de bailes, de compartires,
   de arcoiris.
Y de mucho amor.
Diosa de la luz, te amo.

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