Octavo, noveno, décimo, undécimo y duodécimo chakras. Barbara Marciniak, extracto del libro Recuperar el poder

El octavo chakra está situado entre 30,5 centímetros y 91 centímetros por encima de vuestro cuerpo y está conectado con el lirio. Ese portal, similar a una trompeta, es un transductor de energías para el resto de chakras cósmicos, al bajar la frecuencia de luz y canalizar este conocimiento a las numerosas capas de los aspectos físicos y no físicos del cuerpo. Esencialmente, establece un vinculo no físico para una identidad que es mayor que las fronteras de la forma física.

El noveno chakra ofrece a vuestra conciencia gran movilidad y su símbolo es la flor de la Luna, pues su función consiste en conectaros con todo lo que sucede entre la atmósfera terrestre y la Luna, incluidas las poderosas energías magnéticas que conectan a las dos esferas. Este centro de energía os proporciona una visión de la Tierra como se ve desde el espacio y cabe destacar que amplía vuestras percepciones en relación con vuestro lugar dentro del esquema cósmico de la vida.


El décimo centro es representado por el girasol y se conoce como el chakra solar. Este chakra conecta y amplia vuestra conciencia para llegar a cualquier lugar dentro de vuestro sistema solar, desde el Sol hasta más allá de Plutón. El Sol se considera el gobernador principal de vuestro sistema, ya que sostiene y alimenta la vida aportando las frecuencias de luz necesarias como punto focal, junto con la energía vital y la información transmitida. El centro girasol también es muy móvil, utiliza el Sol como punto focal y reconoce la información cósmica como fuente del conocimiento que estáis desarrollando. A lo largo de los tiempos, la gente ha alineado su conciencia con el Sol para recibir inspiración para nuevas ideas y acceder a determinado tipo de información. A veces, incluso se escondía del Sol porque sentía que sus rayos podían leer sus mentes, y, si estaba intentando guardar un secreto y ocultar lo que estaba haciendo, elegía la oscuridad para actuar.

Vuestra conciencia puede explorar la galaxia con sólo mover el chakra galáctico en cualquier dirección dentro de la Vía Láctea.

El undécimo centro es vuestro chakra galáctico y se puede representar mejor mediante una rosa roja, que es la flor más popular para simbolizar y expresar el amor en la Tierra. Vuestra conciencia puede explorar la galaxia con sólo mover el chakra galáctico en cualquier dirección dentro de la Vía Láctea; sin embargo, en algún momento el centro corazón os llamará para que regreséis a casa, a vuestro lugar de nacimiento, con todo lo que ha pasado por su portal de creación: el centro galáctico. Conectar con la inteligencia de vuestra galaxia abrirá vuestra conciencia para comprender cómo los racimos de luz efectivamente funcionan.

El duodécimo chakra os conecta con unas realidades que existen más allá de vuestra propia galaxia y que amplían vuestra identidad mucho más allá, hasta el inmenso espacio del universo, que se considera un singular campo que contiene todo lo que parece existir. El chakra universal se simboliza mejor mediante la flor púrpura de la echinacea, cuyo cono es una maravilla matemática de espirales que sintetizan la perfección de la proporción áurea como el auténtico diseño de la vida. En el universo, el tiempo parece moverse hacia atrás debido a vuestra actual percepción y comprensión de la luz y del tiempo. Debido al desarrollo de la radioastronomía, existen fotografías del cosmos lejano que muestran eventos que ocurrieron hace muchísimo tiempo y que nos permiten contemplar un pasado mistificado. El duodécimo chakra
funciona como una puerta abierta para acceder al terreno del pasado, además de ser una disimulada ventana con la que se puede explorar el tiempo simultáneo.

El universo es parte del multiverso, en el que las capas de la existencia están ligadas mediante el tiempo simultáneo. Para completar el cuadro, un centro adicional, el decimotercero, que se abre al multiverso, contiene cada uno del resto de los chakras. Los misterios simbólicos del multiverso se describen de mejor manera con la imagen de un hongo que aparece y desaparece en vuestro mundo por arte de magia. El místico hongo puede ser una fiesta gourmet, nutritivo, y ser delicioso, o puede acabar con vuestra vida si no prestáis atención; casi con toda seguridad os conducirá a un largo y fascinante viaje por los territorios que están mucho más allá de los confines de vuestras percepciones. Todos vuestros chakras os conectan con la ilimitada fuente de energía para vivir y explorar los matices de la creación de la realidad, y es vuestra responsabilidad disfrutar y utilizar esas capacidades.

Extracto del libro “Recuperar El Poder”.
Sabiduría Pleyadiana para un mundo en caos.
Barbara Marciniak

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