Hoy he visto que en pijamasurf, hay un artículo con colección de fotos de de despachos de psicoanalistas y terapeutas. Y una de ellas me ha recordado esta pregunta que nos ronda todo el rato, y que acompaña nuestra reflexión sobre la abundancia y el amor. Hace ya un tiempito que siento que la potencia de Ana me resguarda y me sostiene, y que para mí esa cueva a la que volver sintiendo el fuego de la chimenea, no está asociada a un amor sexualizado, a la genitalidad. Es más bien poder sostenernos y sostener el mundo- nuestro mundo- sin que pese casi, con ligereza, aunque se muevan montañas.
¿Hay alguien ahí cuyas gentiles manos nos sostengan en esta caída?
Doncella, mujer fértil, hechicera, anciana sabia.
Gentiles manos. Ayer en el mercado de Liria conocí a dos gemelos encantadores. Hacía tiempo que no conocía a varones delicados y fuertes. Es más propio de las mujeres de mi entorno. En Olba, hay tantas mujeres criando solas ellas. Algunas hacen turnos, otras se separan casi en los tres primeros años. Estoy rodeada también de hombres con niñ@s intermitentes.
Fértil. Plantando un árbol, escribiendo un libro, cuidando un jradin, manteniendo vivo un blog...
Hechicera. Con amor y serenidad, com una felicidad como de hilos de plata, con belleza y aletear de alas de mariposa. Con una sonrisa en el corazón y en los labios. Contenta de los desafíos vividos, contenta de los tiempos de paz.
Ancian@ sabi@... más allá y más acá de todo... Viendo el patrón y el dibujo global. Desapegándose y con mucho amor hacia todos los seres.
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