Si alguna Mujer ha perdido ese “Sabor”, cuando lo vuelve a encontrar pugnará por conservarlo para siempre. Una vez que lo halla recuperado, luchará con todas sus fuerzas para conservarlo, pues con ese “Sabor” crece la “Mujer Salvaje” en su Interior, pues con Ella Florece su Vida Creativa; sus Relaciones adquieren Significado, Profundidad y Salud; sus Ciclos Sexuales, Creativos, Laborales y Lúdicos se Restablecen; deja de ser el blanco de las depredaciones de los demás, y tiene el mismo derecho a Crecer y Prosperar según las Leyes de la Naturaleza.
Cuando la Mujer reafirma con el tiempo su relación con la Naturaleza Salvaje en ella, adquiere una Observadora Interna permanente, una Conocedora, una Visionaria, un Oráculo, una Inspiradora, un Ser Intuitivo, una Hacedora, una Creadora, una Inventora y una Oyente que sugiere y suscita una Vida Vibrante en su Interior y Exterior. Cuando la Mujer está próxima a esta Naturaleza, dicha relación resplandece a través de ella. Esa Maestra, Madre y Mentora Salvaje sustenta, contra viento y marea, la Vida Interior y Exterior de las demás Mujeres como la de ella misma.
La “Mujer Salvaje” es la Salud de todas las Mujeres. Es el Alma Femenina, es el origen de lo Femenino. Es todo lo que pertenece al Instinto, a los mundos visibles y ocultos… es la base. Todas recibimos de Ella una resplandeciente célula que contiene todos los Instintos y los Saberes necesarios para Nuestras Vidas.
Las Experiencias que Nosotras tenemos de Ella, dentro y fuera, son las Pruebas. Nuestros miles de millones de encuentros intrapsíquicos con Ella a través de nuestros Sueños Nocturnos y nuestros pensamientos diurnos, a través de nuestros anhelos y nuestras inspiraciones, nos lo demuestran. El hecho de que nos sintamos desoladas en su ausencia y que la echemos de menos y anhelemos su presencia cuando estamos separadas de Ella, es una manifestación de que Ella ha pasado por aquí… Clarissa Pinkola EstésFoto hecha en la playa de Barra en Galicia por Alicia y Monika
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