"Mamá se ha ido": Madre Muerte y Madre Piedra
Con esta imagen de una caracola que hicieron Eva y Marta como mesa en La loba, sigo con el tema del dolor. Sigo con Jean Shinoda Bolen, en Viaje a Avalon. Pensé en el dolor que acompañó el recuerdo de las palabras "mamá se ha ido" y cómo esas palabras podían expresar lo que ahora no funcionaba en el mundo de mi paciente. Porque el mundo sin la divinidad de la Madre es un mundo material desprovisto de vida y color, de materia desprovista de significado; un mundo desvitalizado convertido en piedra.
El sentimiento de angustia provocado por la pérdida de su madre, sumado a la sensación de ausencia de vida que experimentó en plena calle, me hicieron pensar en los aspectos negativos del arquetipo de la Gran Madre. Dos descripciones, una del poeta Robert Bly en su obra Sleepers Holding Hands (Durmiendo unidos de la mano) y la otra de la descripción de Lynn Andrews de "La última madre" en Mujer Jaguar, me permitieron conocer los diferentes aspectos de la Gran Madre. Describí los cuatro aspectos según los recordaba: la Madre que proporciona vida y su opuesto, la madre Muerte; la Madre Extática o Danzante, y su opuesto, la Madre Piedra.
La tierra baldía que mi cliente vió aquel día en plena calle pertenecía al mundo de la Madre Piedra y de la Madre Muerte. Pensé en la época de mi separación, cuando no podía afrontar la rabia y las acusaciones que mi marido dirigía hacia mí, ni podía comprender el dolor que yo le estaba causando y que su rabia encubría; ni siquiera podía sentir ira contra él ni contra mí misma. Estaba aturdida y me sentía emocionalmente destrozada, como si acabara de padecer una conmoción cerebral. Él me decía que yo había construido un muro para protegerme. Ahora comprendo que en aquel momento yo era la Madre Piedra y la Madre Muerte; ya no tenía sentimientos. Mi corazón se había vuelto de piedra.
Cuando la Madre Danzante que da vida abandona el mundo, se crea una tierra baldía emocional. En la mitología griega Demeter, la diosa de la agricultura, la diosa más espléndida y generosa que representa a la Diosa Madre en una época que las religiones patriarcales ganaban importancia, se convirtió en la Madre Muerte cuando se negó a permitir que nada creciera en la tierra y sin preocuparle que la humanidad pereciera de hambre. Su corazón y su compasión se habían vuelto de piedra. Se convirtió en la Madre Piedra. Los habitantes de la tierra podrían haberse lamentado "Mamá se ha ido" como el niño interior que habitaba en mi paciente.
El sentimiento de angustia provocado por la pérdida de su madre, sumado a la sensación de ausencia de vida que experimentó en plena calle, me hicieron pensar en los aspectos negativos del arquetipo de la Gran Madre. Dos descripciones, una del poeta Robert Bly en su obra Sleepers Holding Hands (Durmiendo unidos de la mano) y la otra de la descripción de Lynn Andrews de "La última madre" en Mujer Jaguar, me permitieron conocer los diferentes aspectos de la Gran Madre. Describí los cuatro aspectos según los recordaba: la Madre que proporciona vida y su opuesto, la madre Muerte; la Madre Extática o Danzante, y su opuesto, la Madre Piedra.
La tierra baldía que mi cliente vió aquel día en plena calle pertenecía al mundo de la Madre Piedra y de la Madre Muerte. Pensé en la época de mi separación, cuando no podía afrontar la rabia y las acusaciones que mi marido dirigía hacia mí, ni podía comprender el dolor que yo le estaba causando y que su rabia encubría; ni siquiera podía sentir ira contra él ni contra mí misma. Estaba aturdida y me sentía emocionalmente destrozada, como si acabara de padecer una conmoción cerebral. Él me decía que yo había construido un muro para protegerme. Ahora comprendo que en aquel momento yo era la Madre Piedra y la Madre Muerte; ya no tenía sentimientos. Mi corazón se había vuelto de piedra.
Cuando la Madre Danzante que da vida abandona el mundo, se crea una tierra baldía emocional. En la mitología griega Demeter, la diosa de la agricultura, la diosa más espléndida y generosa que representa a la Diosa Madre en una época que las religiones patriarcales ganaban importancia, se convirtió en la Madre Muerte cuando se negó a permitir que nada creciera en la tierra y sin preocuparle que la humanidad pereciera de hambre. Su corazón y su compasión se habían vuelto de piedra. Se convirtió en la Madre Piedra. Los habitantes de la tierra podrían haberse lamentado "Mamá se ha ido" como el niño interior que habitaba en mi paciente.
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