Quinto dia. Perséfone. ¿Qué Virgen? ¿Qué anciana?
Perséfone tiene algo de irritante para mí. No me gusta la gente que se hace la pequeña adrede... que de una forma no directa va "manipulando" la realidad. Comprendo también que me hace de espejo, para mirar en qué cosas de verdad me comporto como madura, o también tengo una niña "lateral", que sigilosamente "consigue" las cosas, los procesos en la vida. Además la amiga de hace más tiempo, que más asimilo con el arquetipo de Perséfone, me ha llamado hoy. A veces no la echo de menos conscientemente, pero cuando oigo su voz, se abre una ventana a las jóvenes que fuimos, y me apetecería estar con ella en el País de Nunca Jamás, eternemente jóvenes, con todo el tiempo del mundo por delante, tan "listas", y tan "guapas, y tan "completas", y tan deseosas de mundo. Ahora, cuando sé lo que cuesta amar la vida, permanecer en la esperanza y el corazón abierto en muchas situaciones... no puedo "protegerla", ni casi tenerla al lado de lo lejos que está, y casi nos gozamos mitológicamente, a salto de estaciones, o de años... pero logramos por momentos estar en el paraíso.
Jean Shinoda Bolen pone en primer lugar que Perséfone se identifica con Koré, la eterna niña que no se compromete con nada ni con nadie. Se toma todo el tiempo del mundo para decidirse, y como Wendy con Peter Pan y los niños perdidos vaga por el País de nUnca Jamás, hasta que un dia decide volver y comprometerse y madurar. Y much@s piensan, pobre, qué mal, hacerse mayor. En este mundo eternamente adolescente que habitamos, que no venera ni casi respeta a las personas mayores sabias, parece que el complejo de Peter Pan, o de Wendy o de Perséfone está muy extendido.
Cuando una mujer Démeter está deprimida hace que todos los que la rodean se sientan culpables, impotentes, o se enfaden por el reproche implícito que suscita... Una Perséfone puede estar muriéndose por dentro y casi no se nota. Es una carcoma interior la que la devora, de no sentir chispa. Su pasividad se acentúa y sus emociones se vuelven inaccesibles. Es como un ser sin sustancia y endeble... L@s otr@s se sienten separados de ella, que es quien se siente culpable y merecedora de reproche e impotente. Puede pasar a habitar un mundo sombrío de imágenes internas, reflexiones y vida imaginaria- un mundo al que sólo ellas tienen acceso. Después que Perséfone emergiera del mundo subterráneo, Hécate fue su compañera permanente. Diosa de la luna oscura y las encrucijadas, gobernaba sobre los reinos misteriosos de los fantasmas y los espíritus, la brujería y la magia. Cuando Perséfone se recupera, por ello es señora del submundo ya que sabe de paisajes extraños y tiene una gran capacidad de empatía y saber qué territorios extraños pueden atravesar otras personas y no se asusta... puede ser una buena terapeuta.
Al principio, cuando vuelve del mundo subterráneo, Démeter le preguntó, ¿has comido algo del mundo subterráneo? Perséfone le respondió que había comido algunos granos de granada, y mintió diciendo que los había comido porque Hades le había obligado a ello. Perséfone hizo lo que quiso sin perturbar la imagen que su madre tenía de ella. Al dar la impresión de que no controlaba su propio destino y que, por ello, no podía responsabilizarse, determinó su propia suerte. Al comerse las semillas Perséfone garantizó que pasaría parte de su tiempo con Hades. Consiguió ser la Diosa del Submundo... En un primer momento puede ser gracias a la no decir, a la mentira, a la manipulación...Al sentirse indefensas y dependientes de otras personas más "poderosas", las mujeres con un arquetipo muy marcado de Perséfone pueden aprender a conseguir lo que quieren de manera indirecta. Para crecer, como vías de crecimiento personal, una mujer Perséfone tiene que luchar con la Koré que hay en ella, y decidir cualquier vía de compromiso y seguirla. Con el tiempo, con su tiempo, puede volverse una mujer muy apasionada y en su cuerpo. Puede también descubrir una capacidad para la experiencia religiosa extática o desarrollar el potencial de percibir psicológicamente a otras personas. Ese carácter difuso de su personalidad, con su receptividad generalizada y falta de centro de enfoque, la puede ayudar a trascender la identificación con la Koré-doncella para encontrar el elemento Perséfone-Hécate que no tiene miedo de lo misterioso, y encuentra su lugar en el mundo misterioso-subterráneo.
Ayer hablábamos de la Virgen, la Virgen que somos y nos reconecta. Incluyo una lista de adjetivos: resonadora, velada, encarnada, conectada, erótica, ritmos naturales, sin temor, fecundidad, vivir en el ahora, poesía, luz en la oscuridad. Nosotras mismas como un todo. Sensación de totalidad. Fundamental para sanar. No hay que identificar a la Virgen con la Madre. Ella nace de la madre consciente en nuestro interior. Ella es materia que está siendo refinada, bailando entre llamas. En ella, las metamorfosis tienen lugar lentamente. La Virgen trae nueva conciencia, la conciencia que podría cambiar radicalmente la conciencia del planeta, y que en la nueva física la está cambiando.
La Anciana es la tercera de la trinidad femenina. Las palabras asociadas a ella empiezan a adquirir una dimensión diferente: atemporal, inespacial, desprendida, sin temor, libre, belleza, guía, Sabiduría, rendición, espontaneidad, paradoja. La profunda aceptación la une a la Virgen, a la Virgen transformándose eternamente en la madurez de la Anciana. La nueva sensación de libertad trae consigo una energía infantil: espontaneidad, juego, ideas creativas. Con su masculinidad bien desarrollada, puede poner sus ideas en juego en el mundo, ideas que confrontan la causalidad con lo que Jung llamó sincronicidad.
Ella ha aprendido a amar sin agenda personal, y por eso es una excelente guía. Ella sabe lo fuerte y lo dulce que hay que ser para entrar en esta vida y para abandonarla. Ella guarda una sabiduría impronunciable en las células mismas de su cuerpo. La belleza y el horror de toda una vida están unidos en el amor.
Jean Shinoda Bolen pone en primer lugar que Perséfone se identifica con Koré, la eterna niña que no se compromete con nada ni con nadie. Se toma todo el tiempo del mundo para decidirse, y como Wendy con Peter Pan y los niños perdidos vaga por el País de nUnca Jamás, hasta que un dia decide volver y comprometerse y madurar. Y much@s piensan, pobre, qué mal, hacerse mayor. En este mundo eternamente adolescente que habitamos, que no venera ni casi respeta a las personas mayores sabias, parece que el complejo de Peter Pan, o de Wendy o de Perséfone está muy extendido.
Cuando una mujer Démeter está deprimida hace que todos los que la rodean se sientan culpables, impotentes, o se enfaden por el reproche implícito que suscita... Una Perséfone puede estar muriéndose por dentro y casi no se nota. Es una carcoma interior la que la devora, de no sentir chispa. Su pasividad se acentúa y sus emociones se vuelven inaccesibles. Es como un ser sin sustancia y endeble... L@s otr@s se sienten separados de ella, que es quien se siente culpable y merecedora de reproche e impotente. Puede pasar a habitar un mundo sombrío de imágenes internas, reflexiones y vida imaginaria- un mundo al que sólo ellas tienen acceso. Después que Perséfone emergiera del mundo subterráneo, Hécate fue su compañera permanente. Diosa de la luna oscura y las encrucijadas, gobernaba sobre los reinos misteriosos de los fantasmas y los espíritus, la brujería y la magia. Cuando Perséfone se recupera, por ello es señora del submundo ya que sabe de paisajes extraños y tiene una gran capacidad de empatía y saber qué territorios extraños pueden atravesar otras personas y no se asusta... puede ser una buena terapeuta.
Al principio, cuando vuelve del mundo subterráneo, Démeter le preguntó, ¿has comido algo del mundo subterráneo? Perséfone le respondió que había comido algunos granos de granada, y mintió diciendo que los había comido porque Hades le había obligado a ello. Perséfone hizo lo que quiso sin perturbar la imagen que su madre tenía de ella. Al dar la impresión de que no controlaba su propio destino y que, por ello, no podía responsabilizarse, determinó su propia suerte. Al comerse las semillas Perséfone garantizó que pasaría parte de su tiempo con Hades. Consiguió ser la Diosa del Submundo... En un primer momento puede ser gracias a la no decir, a la mentira, a la manipulación...Al sentirse indefensas y dependientes de otras personas más "poderosas", las mujeres con un arquetipo muy marcado de Perséfone pueden aprender a conseguir lo que quieren de manera indirecta. Para crecer, como vías de crecimiento personal, una mujer Perséfone tiene que luchar con la Koré que hay en ella, y decidir cualquier vía de compromiso y seguirla. Con el tiempo, con su tiempo, puede volverse una mujer muy apasionada y en su cuerpo. Puede también descubrir una capacidad para la experiencia religiosa extática o desarrollar el potencial de percibir psicológicamente a otras personas. Ese carácter difuso de su personalidad, con su receptividad generalizada y falta de centro de enfoque, la puede ayudar a trascender la identificación con la Koré-doncella para encontrar el elemento Perséfone-Hécate que no tiene miedo de lo misterioso, y encuentra su lugar en el mundo misterioso-subterráneo.
Ayer hablábamos de la Virgen, la Virgen que somos y nos reconecta. Incluyo una lista de adjetivos: resonadora, velada, encarnada, conectada, erótica, ritmos naturales, sin temor, fecundidad, vivir en el ahora, poesía, luz en la oscuridad. Nosotras mismas como un todo. Sensación de totalidad. Fundamental para sanar. No hay que identificar a la Virgen con la Madre. Ella nace de la madre consciente en nuestro interior. Ella es materia que está siendo refinada, bailando entre llamas. En ella, las metamorfosis tienen lugar lentamente. La Virgen trae nueva conciencia, la conciencia que podría cambiar radicalmente la conciencia del planeta, y que en la nueva física la está cambiando.
La Anciana es la tercera de la trinidad femenina. Las palabras asociadas a ella empiezan a adquirir una dimensión diferente: atemporal, inespacial, desprendida, sin temor, libre, belleza, guía, Sabiduría, rendición, espontaneidad, paradoja. La profunda aceptación la une a la Virgen, a la Virgen transformándose eternamente en la madurez de la Anciana. La nueva sensación de libertad trae consigo una energía infantil: espontaneidad, juego, ideas creativas. Con su masculinidad bien desarrollada, puede poner sus ideas en juego en el mundo, ideas que confrontan la causalidad con lo que Jung llamó sincronicidad.
Ella ha aprendido a amar sin agenda personal, y por eso es una excelente guía. Ella sabe lo fuerte y lo dulce que hay que ser para entrar en esta vida y para abandonarla. Ella guarda una sabiduría impronunciable en las células mismas de su cuerpo. La belleza y el horror de toda una vida están unidos en el amor.
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