La práctica de la soledad autoelegida


La práctica de la soledad Auto-elegida
Escrito por Clarissa Pinkola Estés   
Para poder conversar con lo femenino salvaje una mujer tiene que abandonar transitoriamente el mundo y sumirse en un estado de soledad en el sentido más antiguo de la palabra. Hace tiempo, el adjetivo inglés alone [solo], equivalía a dos palabras: all one, es decir, "todo uno". Ser todo uno significaba ser una unidad total, una unicidad, tanto con carácter esencial como transitorio. Éste es precisamente el objetivo de la soledad, ser totalmente uno mismo. Es la mejor cura para el estado de extremo cansancio habitual en las mujeres modernas, el que las induce a "saltar a la grupa de su caballo y lanzarse al galope en todas direcciones". La soledad, no es ausencia de energía o acción tal como algunos creen, sino una abundancia de provisiones salvajes que el alma nos transmite. En tiempos antiguos, tal como sabemos a través de los médicos-sanadores religiosos y místicos, la soledad deliberada era no sólo paliativa sino también preventiva. Se utilizaba para curar la fatiga y prevenir el cansancio. También se usaba como oráculo, como medio para escuchar el yo interior y pedirle unos consejos y una guía imposibles de escuchar en medio del estruendo de la vida cotidiana.



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