Twylah Nitsch, Guardiana de la tradición del clan del Lobo (seneca). Andando por el camino de la Paz..


Twylah Nitsch era una guardiana de la tradición del clan del Lobo, uno de los ocho clanes de los indios seneca que forman parte de la gran Confederación de Naciones iroquesas. En tiempos ya pasados, el clan era una logia de enseñanza. En ella muchos indios, tanto varones como mujeres, buscaban la sabiduría. El clan del Lobo enseñaba el contacto con la tierra. Por su conocimiento de la tierra, mantenía relaciones con todos los demás clanes, y la enseñanza de Twylah permitió clarificar el antiguo camino del indio. Ella lo define como "entrar en el silencio".
El conocimiento de sí mism@ era la clave,
la comprensión de sí mism@ era el deseo,
la disciplina personal era el camino,
la realización personal era la meta.
                         Entrada en el silencio.
En su casa cerca de Buffalo, a orillas del lago Erie, Twylah Nitsch recibía a muchos visitantes de todo el mundo que buscaban un camino personal. Les enseñaba cómo entrar en el camino del silencio.
- En sus palabras: Andamos por el camino de la Paz, que tiene siete peldaños de piedra. Cada peldaño de piedra tiene siete lados. Los lados de cada piedra son el oído, la vista, el olfato, el gusto, el tacto, la emoción y la conciencia. El primer escalón es el de la confianza y su color es el rojo. Cuando entramos en esta vida terrestre, confiamos y esperamos que la sangre de nuestro cuerpo no se vierta. Cuando miramos la sangre, vemos que es roja. De esta forma, pensamos, creemos y queremos que esta sangre, este potente fluido rojo, se encuentro dentro de nosotros. Y sabemos que este cuerpo va a contenerla. Tanto es así que el sentimiento de confianza se encuentra dentro.
El escalón siguiente es el del amor. Miramos el sol y lo vemos amarillo. Cuando el sol toca nuestro cuerpo sentimos su calor; esto es el amor. El sentimiento más delicioso consiste en permitir que este amor fluya directamente a través de nuestro cuerpo. El amor nos ayuda a mirar los ojos del sol paraver el amor que los demás también tienen. Lo cual es una ayuda para intercambiar sentimientos de amor.
Subimos por el sendero de la Paz. El tercer escalón es la piedra azul de la intuición. Es tan azul como el agua más azul que nunca hayamos contemplado   y, cuando bebemos de ella, apaga nuestra sed con las lecciones que deseamos aprender desde el interior.
Seguimos avanzando por el sendero y la cuarta piedra es verde. Representa la vida. Cuando abrazamos este color recibimos la fecundidad y la renovación. Los árboles y las hojas representan esta vida verde, el color de la renovación, de la perpetuación de la vida.
LLegamos al quinto escalón por el sendero de la Paz. Miramos nuestras manos y su color es rosa. El rosa es el color de la creatividad. Nuestras manos son los instrumentos que utilizamos para crear lo que queremos mediante nuestro oficio. Los dedos representan la vida, la unidad, la igualdad ante la eternidad. Cuando tendemos la mano para agarrar algo, lo tocamos en paz.
Observamos la piedra que viene a continuación. Es blanca porque representa la pureza. Es la piedra del magnetismo que atrae al dar o compartir en el amor. El sentimiento magnético, nos protege en esta tierra para andar y crecer en espíritu.
El séptimo escalón de piedra es de color púrpura. Lo llamamos el arcoiris de la Paz porque contiene todos los escalones que se encuentran en el sendero de la Paz. Cuando andamos bajo el arco iris, sentimos su protección y lo honramos en la medida de nuestras posibilidades por la expansión que nos brinda. De esta forma, la vida se convierte en algo maravilloso y nos ofrece los dones de belleza que son todo para nosotros.

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