...Este es un año especial: son 100 años desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial y 75 años del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Si visualizamos todo el sufrimiento traído por estas guerras, el dolor que aún hoy corre en familias y generaciones, las ciudades bombardeadas y almas heridas... Si vemos como hoy, aquí, las personas en Ucrania, en Siria y en Gaza están sufriendo... Entonces sólo puede haber una intención comprometida: ¡No más guerra/s! Pero aún vivimos en una sociedad de guerra. Incluso en tiempos y regiones relativamente libres de violencia armada, no hay paz: las condiciones económicas, espirituales, sociales y ecológicas que los seres humanos encontramos y reproducimos por todas partes llevan a un miedo, enojo, celos y hambre de poder subyacentes. Este terreno simplemente yace en espera, hasta que se abra en una nueva erupción. Dentro de esta supuesta paz, siempre hay guerra, siempre escondida en secreto. Hay algo en el ser humano que no puede dar paz, hasta que toda su energía de vida pueda fluir.
Es por esto que el movimiento de paz puede solamente tener resultados duraderos y efectivos cuando desarrolla visiones probadas para una co existencia honesta, sostenible, y pacífica. Una co existencia en la que las grandes fuerzas del alma dentro de nosotros - Eros, religión, amor- pueden revelarse y expresarse en paz. Quien quiera que desee que la guerra termine necesita una visión para la paz. Esta es la razón de nuestro trabajo.
Y el nuestro, y el de muchas. A punto del círculo de equinoccio y preparando mañana en una versión más suave y más libre. Ana lee en la terraza, Vane ha venido corriendo y se ha ido a por Soraya... Jaque con la motosierra prepara leña para el invierno, y yo arriba con el portatil. Ahora bajaremos al bancal del laberinto y haremos nuestros agradecimientos. Honrando a las direcciones, a los animales y a la naturaleza y vida enteras.
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