Noveno día: Somos amor, somos vida.

 Ayer llegué a casa de Soraya después de dar las clases y ella aún no había llegado de su paseo por la montaña. Hice la comida, que más tarde complementamos haciendo más juntas. El dia antes en Ruzafa, ayer en la Tosca, haciendo hogar, cuidándonos... Por las mañanas hay unas nieblas increíbles ahora en el valle, mucha humedad y ese vértigo de la luz. Alrededor están con el síndrome de otoño... yo no sé, con ganas de nutrirme y con la pregunta todo el rato, ¿qué me nutre a mí?
 
Tengo ganas de mar: La semana que viene, con días festivos variados, habrá movimiento. Como no me he movido en verano y he estado todo agosto en La Loba, si siento hacer lo que la mayoría de personas han hecho en agosto o septiembre, esa semana de mar, ese dejarse fluir mirando las olas.
Hoy buceo en el libro Los cinco niveles del apego, de Miguel Ruiz Jr. y recojo el siguiente fragmento. - Desde el punto de vista tolteca este es el espejo claro, vemos cada situación tal y como es, sin oscurecerla con una nube de humo. Sabemos que el conocimiento es el reflejo perfecto de la vida y nosotros somos vida. Sabemos que vivir la vida es un acto de amor,  y cómo elegimos el camino que queremos tomar y cómo queremos vivir, constituye un acto de amor incondicional hacia nosotr@s mism@s.
Al abordar la vida como una obra de arte basándonos en el amor que sentimos hacia nosotr@s mismos, somos capaces de amar incondicionalmente a las personas que forman parte de nuestra vida tal y como son, sin necesidad de domesticarlas para que vean el mundo desde nuestro punto de vista. A este nivel del apego siempre está presente el respeto a la manifestación de los sueños personales de nuestros seres queridos, tanto si estamos de acuerdo como si no con sus decisiones. Al querernos a nosotr@s mismos, somos capaces de querer a los demás. Después de todo, no podemos dar o compartir lo que no tenemos.
Cada pensamiento y cada idea de nuestro sistema de creencias tienen poder sólo por los acuerdos a los que hemos llegado en forma de síes o noes, y constituye nuestra preferencia de cómo queremos involucrarnos en el sueño del planeta y en la vida.
 Al mirar estas fotos, vemos que desde el interior hay calma y hay centro. Es como un LP, ¿se mueve el ojo del huracán? ¿da vueltas el centro? Sin embargo, desde afuera, todo es movimiento. Mis queridas cuevas marinas se ven "azotadas" por grandes olas. Que estos nueve días de Demetear y Persefonear os hayan brindado alguna pista de algo, y seguid sonriendo a nuestras preguntas y nuestras búsquedas...

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