Yo soy la luz del mundo



Hubo un momento, en el que Monika se fue, en el que no sabía si a pesar de mi certeza de quedarme en Olba y en La Loba, eso bastaría para cultivar el jardín y mantener la llama de La Loba y la confianza en la materialidad. En Febrero 2011, unos meses después del Viaje a Avalon, realizado en el verano del 2010 y de la sanación a través de la primera vez que estuve un tiempo en Tamera, Ana María Arayo me escribió lo siguiente:
Mi querida Ali, como ves, hay un gran dialogo interno en ti. No te preocupes, mantén solo la atención de donde quieres estar, si aún no lo supieras. Mantén la atención de que lo que te gustaría estar sintiendo, permite que la vida fluya y te traiga lo que realmente necesitas. Este año es propicio, ahora céntrate en sentir cada momento, cada instante, sin preocuparte pues la vibración de este año es la del amor a una misma y sólo estará cuando sintamos serenidad. Permite que las cosas lleven el ritmo adecuado aunque a nosotras nos parezca que es lento.

Si ahora nos imaginamos mucho futuro, muchas perspectivas, permanecemos en la mente y eso es escaparse de nosotras mismas y es por eso que nos parece que aquello o eso nos queda grande. Permanece en paz y con la confianza de que este año tendrás la aclaración, da gracias todos los días por lo recibido, aunque para nuestros ojos sea poco. Todo está, ahora nos toca recibir. Besiños. Ana
He intentado cultivar la serenidad, he atravesado otros muchos viajes internos y sobre todo he intentado estar en el aquí y ahora y a pesar de los momentos de dolor, encontrar el humor, encontrar la alegría... Hablo de mí, porque soy un prisma a través del cual el microcosmos se hace macrocosmos. Y estoy sorprendida, de que hay un tiempo de para todo, y que se renace de verdad, y en este tiempo brumoso, con lluvias y granizo, y brumas nocturnas, quiero dar las gracias por lo recibido. Gracias a todas y todos quiénes habéis pasado por aquí, y venís desde otras tierras. Gracias al barrio, a las comidas hechas por otras manos, a los trabajos externos, a l@s jóvenes, al valle, a Teruel, a Valencia, a Tamera. Me apetece y me asusta un poco la entrada en el tiempo del otoño, con el invierno que se acerca. No hago más que desear comidas y cenas de final de verano. Ayer bajamos a bañarnos en el mar, solo está a un ratito. El agua estaba tan cálida comparada con la cascada o con el río. Más la sensación es de juventud, cada vez que bajo al mar, me siento más joven con una energía más aérea, más liviana. Esta es una tierra ambarina, tierra de fósiles y de dinosaurios, y una mezcla de seres cristal y energía muy ancestral.


Mujeres del salto cuántico

No le cedas tu poder

La muerte no existe

No hay separación. Todo está en mí.

Yo soy la luz del mundo

Libero al mundo de todo lo que yo creo que es.

                                           Todo está, ahora nos toca recibir.

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